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Modesto Apolo: Para recomponer al Ecuador

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Partidos con una verdadera carrera política interna, con base en la meritocracia y no en la dedocracia

La semana pasada el editorial de este Diario manifestaba que el Ecuador está hecho pedazos, fijando parte de la responsabilidad en los políticos, que con malas políticas o políticas inexistentes, han sido motivados por intereses particulares y no por el interés general de la sociedad a la que gobiernan y esquilman en sus arcas.

El análisis del editorial es correcto, sin embargo, las causas que destrozan al Ecuador son variadas, diversas, donde las acciones y los intereses son transversales. Así tenemos por ejemplo: el sistemático debilitamiento de la institucionalidad, empezando por la de los partidos políticos, haciéndolos ver como caducos, dando paso a los movimientos como reductos de alquiler, carentes de principios ideológicos y deontológicos; verdaderas empresas electoreras, a disposición del mejor postor.

Asimismo, debilitar la imagen del Estado en sus diversos estamentos, para generar la percepción de un Estado fallido, mermando la credibilidad y confianza en el Estado, el Gobierno y sus instituciones, creando las condiciones para que la transversalidad opere de la mano de la narcopolítica, infiltrando miembros de organizaciones narcoterroristas, para hacer ver como corruptas a las fuerzas del orden, a la administración de justicia, etc. Tales circunstancias, de facto crean la percepción de un poder paralelo, aunque este pertenezca al lado obscuro de la sociedad.

Ahora bien, ¿qué hacer para recomponer al Ecuador? La recomposición, ineludiblemente, conlleva desmontar la estructura armada en los últimos 20 años por los grupos radicales narcopolíticos y narcoterroristas; empezando por impulsar la creación de verdaderos partidos políticos, con ideología y deontología claras, definidas; eliminando los movimientos de alquiler, que han permitido la corrupción política y el caudillismo en la política ecuatoriana. Partidos con una verdadera carrera política interna, con base en la meritocracia y no en la dedocracia proveniente del dedo del dueño y/o el padrino del partido; elevando el nivel del debate político. Solo así habremos empezado a recomponer al Ecuador.