Modesto Gerardo Apolo | Burbano, los ‘millennials’ y Z

En Ecuador estas generaciones prefieren el trabajo flexible, remoto, con énfasis en salud mental, sostenibilidad
La declaración del ministro Harold Burbano (“A ningún joven le gusta trabajar ocho horas”) ha generado debate, con defensas que la ven como llamada a repensar las condiciones laborales, aunque criticada por reduccionista. Veamos los antecedentes a tal declaración:
El relevo generacional en el manejo del mundo tecnológico, internet, IA y nómadas digitales está siendo asumido por las generaciones ‘Millennials’ y Z (nacidos entre 1980/1996 y 1996/2012), las que comparten similitudes, como la integración total de la tecnología en su vida diaria. Propensos a cambiar de empleo frecuentemente, con mayor apertura a nuevas oportunidades, impulsados por la búsqueda de trabajos valiosos y flexibles, son diversos, empáticos, frugales y no conformistas; priorizan el equilibrio, trabajo-vida personal; prefiriendo múltiples ingresos (’freelancers’).
Rechazan estructuras rígidas (horarios fijos de ocho horas), optando por flexibilidad, remoto/híbrido e inmediatez.
En Ecuador, el contexto de alto desempleo juvenil y programas como Jóvenes en Acción del MIES, con más de 130.000 inscritos, resalta barreras estructurales. Sin embargo, la declaración del ministro Harold Burbano (“A ningún joven le gusta trabajar ocho horas”), no implica rechazo total al trabajo, sino a modelos obsoletos, como los contenidos en nuestra normativa laboral, que responde a la realidad del siglo pasado. Los ‘Millennials’ y Z buscan oportunidades híbridas, ‘freelancers’, alineadas con valores y flexibilidad permanente.
En Ecuador estas generaciones prefieren el trabajo flexible, remoto, con énfasis en salud mental, sostenibilidad, multi-ingresos y autenticidad. Ellos no encajan en los parámetros estrictos del derecho laboral tradicional del siglo pasado, porque migraron del trabajo tradicional al servicio por proyecto o encargo, que les permite autonomía. Por tanto, no es que la nueva generación no quiera trabajar, lo que no quiere son condiciones arcaicas, como las del siglo pasado. Requieren condiciones legales, alineadas con tendencias globales, más flexibles, para promover productividad e inclusión sin rigidez.