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Modesto Apolo: El doble discurso

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Al primer intento de paralización y desmanes, actos terroristas, deben ser apresados y juzgados como tales

La discrepancia entre el discurso socialista y el estilo de vida ostentoso de algunos de sus líderes es un tema complejo, digno de crítica y estudio.

Dirigentes sindicales e indígenas y políticos populistas, oportunistas, con fortunas injustificadas, se presentan como pobres, proclamándose defensores de los desposeídos, a quienes solo tienen presente en sus discursos y mítines, pues son los votos que necesitan para mantener sus privilegios.

Esos timadores del pueblo, autoidentificados como socialistas; esos oportunistas, corruptos, que engañan al pueblo que dicen representar; esos que viajan por el mundo en jets privados, y cuyos hijos estudian en universidades de millonarios en el extranjero; viven como ricos en el exterior, victimizándose como perseguidos políticos, cuando en realidad son prófugos de la justicia ecuatoriana por haber cometido actos de corrupción, lo que les permitió embolsicarse 70 mil millones de dólares que disfrutan sin importarles lo jodido que dejaron al país; no se diga del pueblo, al que esquilmaron y cínicamente dicen representar.

En este doble discurso no falta el dirigente indígena anquilosado en la doctrina comunista de Mao Tse Tung, radicalizada por Mariátegui en el Perú, puesta en práctica por el terrorista Abimael Guzmán; mariateguismo cuyo exponente en Ecuador es Leonidas Iza, el cual vive chantajeando al Ejecutivo con movilizaciones; el de la Toyota Fortuner, el que envía a su pueblo amenazado a bloquear carreteras y banalizar ciudades, so pretexto de protesta social.

Esos que ante la minería ilegal, la que depreda la ‘Pacha Mama’, explotada por narcoterroristas, con el silencio cómplice de cierta dirigencia indígena; revoltosos camuflados de dirigentes oportunistas. Esos sindicalistas a quienes no les interesa la patria, ni la generación de nuevos empleos, pues solo les interesa no perder su estatus.

A todos ellos hay que ponerlos en orden. Al primer intento de paralización y desmanes, actos terroristas, deben ser apresados y juzgados como tales. Solo así se les acabará el doble discurso, de presentarse como pobres, viviendo como ricos.