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Puente de integración

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Históricamente esta contratación implicaría un reconocimiento al aporte que hizo Guayaquil a la liberación del Ecuador con su revolución del 9 de Octubre, casi 21 meses antes que la batalla del Pichincha

El Ecuador celebrará el próximo 24 de mayo el bicentenario de independencia del coloniaje hispano. Al margen de los actos conmemorativos que se programen, es una oportunidad propicia para decidir la construcción del Puente Sur, lo cual constituiría un medio de integración nacional que beneficiará a varias provincias y tendría muchas ventajas para los amplios sectores usuarios de la obra. 

Históricamente esta contratación implicaría un reconocimiento al aporte que hizo Guayaquil a la liberación del Ecuador con su revolución del 9 de Octubre, casi 21 meses antes que la batalla del Pichincha, a la que contribuyó generosa y militantemente con el patriótico apoyo solidario y logístico de los próceres guayaquileños, encabezados por Olmedo, y el concurso de tropas que se alistaron para la epopeya libertaria del centro y norte de la sierra ecuatoriana, si se advierte que a la gesta de octubre se adhirieron inmediatamente las provincias de la costa que formaban el Departamento de Guayaquil, al igual que lo hicieron en los siguientes meses las provincias del Austro.

Guayaquil cuando tuvo sus instituciones autonómicas a través del Comité de Vialidad construyó el Puente de la Unidad Nacional, de gran utilidad para el país. En la actualidad, por la centralización de las instituciones públicas, la decisión corresponde tomarla al Gobierno central, que con voluntad política puede hacerlo, lo cual constituiría una muy buena forma de celebrar tan trascendente fecha del calendario patrio. Su viabilidad se establecería a través de una alianza pública-privada o concesión, cuyo proceso de adjudicación se confiaría a la Municipalidad de Guayaquil, con la cooperación de un comité cívico de promoción y supervisión de la contratación, que podrían dirigirlo guayaquileños que han demostrado su identificación con el proyecto, de la confiabilidad y prestigio del exalcalde, Dr. Francisco Huerta, y el exrector de la Universidad de Guayaquil, Dr. León Roldós, a los que se sumaría un grupo de ciudadanos (no muy numeroso) de notoria probidad y representatividad, cuya nominación la coordina