Columnas

Feliz 2022

Recordemos al escritor inglés Charles Dickens: “si por el camino recto no puedes llegar a ser una persona extraordinaria, jamás lo harás yendo por el camino torcido”.

La Navidad invita a realizar un paréntesis en nuestra agitada vida, coincide la fecha con el fin de año, momento para efectuar un balance de lo positivo o negativo de los últimos 12 meses. Es ocasión propicia para el encuentro y abrazo familiar, desear a compañeros y amigos que disfruten esta festividad cristiana que cada vez se aleja más de su significado. Celebrar el nacimiento del hijo de Dios es recordar que vino al mundo a predicar y sembrar los más puros sentimientos: amor, bondad, desinterés, solidaridad, pero volvimos la fecha pagana y preferimos dar obsequios con valor monetario.

En esta celebración se encienden luces de alegría en casas y calles para alumbrar el espíritu, el corazón, la armonía, la paz, convirtiendo a diciembre en el mes más agradable del año. Al prepararnos para recibir un nuevo año “quemamos” lo malo del que termina. Al igual que el año pasado, este 2021 lo despedimos con restricciones; se ha reactivado el contagio del coronavirus, generando temor, angustia, enojo, incertidumbre, lo cual parecía haberse superado con las vacunas, que han frenado la mortalidad, pero que no impiden la transmisibilidad de la infección.

Todos hemos vivido duras realidades, el dolor de haber perdido algún familiar, amigos cercanos, a los que no pudimos acompañar en sus honras fúnebre. Esas pruebas nos han vuelto más fuertes en aprendizaje de vida, a valorar más la salud, comprender que gozar de ella es una riqueza incuantificable. Aprendimos a ser un poco epidemiólogos, a conocer de anticuerpos, la importancia de la prevención, a sentirnos sobrevivientes.

Cuando creíamos que la pandemia aparentemente cedía, nos emocionamos, salimos a recuperar el tiempo perdido, a viajar, distraernos; hoy debemos seguir cuidándonos.

Un feliz 2022 y mi invitación a procurar ser mejores personas, a priorizar valores, combatir sin tregua la corrupción, la impunidad, la inseguridad, la pobreza, sin lo cual seguiremos igual o peor que antes. Recordemos al escritor inglés Charles Dickens: “si por el camino recto no puedes llegar a ser una persona extraordinaria, jamás lo harás yendo por el camino torcido”.