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El cambio que no llega

Lo demás es hemorragia verbal que enferma la salud social. Hay que sepultar la tesis del menos malo, del revanchismo social, buscar la mejor opción

El domingo se eligieron autoridades seccionales, miembros del CPCCS y se votó en una Consulta Popular. La ciudadanía cumplió su obligación con escaso entusiasmo, ha perdido credibilidad en la clase política.

Existe desengaño ciudadano como consecuencia de haber renovado esperanzas que en anteriores ocasiones lo han defraudado. La política se ha reducido a la ambición de personas o grupos por captar poder o enriquecerse perjudicando al conjunto de la población. Está ausente en quienes gobiernan el afán sincero de mejorar el bienestar de la sociedad, se contentan con satisfacer egos e intereses personales.

La mentira, la demagogia, son los instrumentos se utilizan; se ofrece y no se cumple, se manejan cifras para maquillar ineficiencias, se elude enfrentar problemas mientras crecen el deterioro de las condiciones de vida de los ecuatorianos, la inseguridad y la corrupción.

Se repite un discurso efervescente, vacío. Se busca aparecer dadivoso “haciendo obras o repartiendo recursos” con el dinero que aportan los propios ciudadanos, a quienes lejos de facilitarles la vida se los grava con más impuestos para reivindicar cínicamente cuentas fiscales en orden y supuestas rebajas tributarias.

No es correcto restringir la inversión pública, lo pertinente es administrar austera y honestamente los recursos fiscales. Es cierto lo dicho por el presidente de El Salvador N. Bukele: “cuando se usan correctamente los fondos públicos alcanza para todo”.

El país sigue esperando un cambio a partir de que exista sinceridad, honestidad, lo demás es hemorragia verbal que enferma la salud social. Hay que sepultar la tesis del menos malo, del revanchismo social, buscar la mejor opción, fortalecer la institucionalidad, la seguridad jurídica, defender la democracia frente al autoritarismo, El país recibió con agrado el fallo de la Corte Constitucional que destituyó a los miembros del CPCCS que manipularon la legal designación del presidente del Consejo de la Judicatura y además blindó esa designación de futuras manipulaciones disponiendo que se la haga de la última terna que envió la Corte Nacional de Justicia.