Premium

Medardo Mora Solórzano: 5 de Junio

Avatar del Medardo Mora

Si no aprendemos del pasado no podemos en el vivir presente construir un mejor futuro

Mañana, 5 de junio, se recuerda una de las fechas de mayor trascendencia en el calendario del Ecuador. Declarada fiesta cívica por la Asamblea Constituyente de 1939, actualmente, al igual que otras fechas de enorme significado en la vida del país, pasan inadvertidas. 

Se las ha limitado a días de descanso, sin que se celebren actos conmemorativos para conocer antecedentes y alcances del hecho histórico, lo cual reverdecería el civismo y sería un gran estímulo para encender la llama de un patriotismo ausente.

Hoy muchos ignoran el legado de estos inolvidables acontecimientos. Todo se analiza mediáticamente, poco importa el contexto que ocasiona el suceso al que se hace referencia; se privilegia la abundante información que circula por redes sociales, donde cada uno opina lo que le parece, aunque no le conste. 

Se olvida que si no aprendemos del pasado no podemos en el vivir presente, construir un mejor futuro. Es imperativo comprender que los hechos son generalmente producto de luchas y acciones anteriores y no del azar.

Un 5 de junio triunfó la Revolución Liberal Radical, encabezada por Eloy Alfaro, en mi opinión el constructor del alma nacional del siglo XX, que buscó unir al país fracturado en Costa, Sierra y Austro, a lo que agregaría la Amazonía, en ese tiempo habitada por comunidades indígenas en aislamiento voluntario.

Para hacer realidad esa unidad construyó una amplia red de ferrocarriles, modernizó la legislación y fortaleció la democracia. Priorizó la educación laica y terminó con la dogmática, creó los normales para formar buenos profesores, firmó un Convenio con la Santa Sede, estableciendo ámbitos del Estado y de la religión; terminó con el vasallaje de los indígenas.

Su lucha la inspiraban sus deseos de justicia, moral, libertad, igualdad, fraternidad, por eso se adhirió militantemente a los preceptos de la Revolución francesa.

Chone lo proclamó jefe supremo del país el 5 de mayo de 1895 y un mes después, el 5 de junio, Guayaquil lo consolidó como gobernante. Regresó de su exilio en Centroamérica y asumió el poder.

Nació en Manabí, pero su mausoleo está en Guayaquil.