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Reformas en educación superior

"Es imperativo fortalecer y mejorar la calidad de la educación superior en sus niveles tecnológico, grado y posgrado; defender su condición de entidades pluralistas ajenas a dogmatismos"

El actual gobierno ofreció en campaña terminar con las dificultades que tienen los bachilleres para ingresar a universidades y politécnicas, derivadas de un examen establecido por la Senescyt que privó a cientos de miles de acceder a la educación superior, lo cual llevó al presidente G. Lasso a expresar: “prefiero estudiantes mediocres a jóvenes deambulando con desesperanza por las calles”.

El actual directivo de la Senescyt anunció que se cambiará la prueba de conocimientos por una de vocación o aptitudes del estudiante, bajo la dirección de dicha secretaría. Lo lógico es que, respetando la autonomía de universidades y politécnicas sean estas instituciones las que regulen el ingreso, como se lo hacía antes de la actual ley del 2010, que creó la Senescyt , a la cual se le ha dado la condición de rectora de políticas públicas en educación superior, facultades que corresponderían constitucionalmente al Consejo de Educación Superior, el cual debe ser reestructurado, permitiendo a las autoridades de las universidades, politécnicas e institutos tecnológicos que integren ese organismo, desterrando el infundado criterio que los rectores no pueden ser miembros de ese órgano colegiado por tener intereses contrapuestos como regulados, lo cual les impide ser reguladores; criterio forjado en el gobierno del Ec. 

Correa, que perseguía tener bajo su dependencia y control a las universidades y politécnicas que, debe comprenderse, son comunidades académicas de docentes, estudiantes y personal técnico-administrativo, que eligen democráticamente a sus rectores. Por ende, no tiene ningún asidero dicho criterio, que podría ser consultado a la Corte Constitucional. Asimismo, se debe volver a elegir decanos por sus respectivas unidades académicas y no ser designados por los rectores.

Es imperativo fortalecer y mejorar la calidad de la educación superior en sus niveles tecnológico, grado y posgrado; defender su condición de entidades pluralistas, ajenas a dogmatismos, eliminar la tesis del PhD como una panacea para mejorarla. Hay maestrías, especializaciones, tanto o más útiles en el proceso enseñanza-aprendizaje a un doctorado PhD.