Finalmente Gobierno y Asamblea estuvieron de acuerdo en imponer nuevos impuestos que serán pagados por la ciudadanía para favorecer al fisco. El Gobierno mantuvo su tesis de aumentar el IVA y la Asamblea impuso otros impuestos a la empresa privada, a la banca e incrementó el impuesto a la salida de divisas. En definitiva se extraen recursos del sector privado para financiar el gasto público.

Es indiscutible que el actual gobierno heredó un alto déficit fiscal de alrededor de 6.000 millones de dólares anuales, una muy alta deuda pública que le dificulta obtener créditos a un buen interés, al también heredar un muy elevado riesgo-país, todo como consecuencia directa de anteriores gobiernos que cometieron cuantiosos latrocinios, notables imprevisiones y malgastaron y derrocharon recursos fiscales. Ahora se busca compensar esos desaciertos gravando a la población; eso no es justo y es lógico el descontento ciudadano por esta actitud de la clase política, cuya única preocupación son los votos que puedan lograr en las próximas elecciones.

Los impuestos progresivos a las altas utilidades se justifican cuando se los invierte correctamente en beneficio del país.

El presidente Noboa en el corto período que le resta tiene el tiempo para controlar el uso de los recursos públicos; requiere aplicar medidas de austeridad y mejorar el manejo de empresas públicas.

Los organismos de control no pueden seguir permitiendo el enriquecimiento ilícito, el turismo oficial, el festín impune de dineros del Estado, que pertenecen a todos.

Indigna observar que la Función Judicial no sanciona drásticamente a jueces o fiscales que favorecen a la delincuencia o el robo, burlándose de la buena fe ciudadana.

El país se seguirá hundiendo en un abismo si se siguen privilegiando conveniencias personales o de grupo y no se piensa en un plan para tener un mejor país. Existe mala atención en la salud, baja calidad de la educación, déficit de viviendas, carreteras sin mantenimiento, abandono del sector rural, seguridad social en crisis. Mientras, la corrupción avanza, el crecimiento económico es muy bajo y no hay oportunidades de empleo.