Mauricio Velandia: Zona Indo-Pacífico: próxima parada de Trump

Antes de centrar su estrategia en Asia, el presidente Trump consolidó su influencia en otras regiones...
Estados Unidos ha completado un ciclo geopolítico que lo llevó a asegurar su influencia en Occidente. Ahora el centro de su estrategia será la zona Indo-Pacífico, donde buscará reforzar su posición frente a China. La rivalidad entre Washington y Pekín ya no es solo económica, sino militar y tecnológica. La disputa por la hegemonía global se juega en el Pacífico, y EE.UU. se apoya en una red de aliados estratégicos allí para contener a China.
Japón es potencia tecnológica y militarmente en ascenso, pieza fundamental en la contención de China. Corea del Sur es clave en la industria de chips y frontera directa con el bloque de influencia de China. Filipinas es punto estratégico en el Mar de China Meridional, con bases militares estadounidenses activas. Australia es socio central en la estrategia del Pacífico Sur y Taiwán es el punto más crítico de la disputa, por su ubicación estratégica y su liderazgo en semiconductores. Buen muro de contención.
Antes de centrar su estrategia en Asia, el presidente Trump consolidó su influencia en otras regiones, como el Canal de Panamá, clave para el comercio marítimo global y el control del tránsito comercial. A Europa la semana pasada la puso en su primer jaque. México y Canadá temblaron con aranceles y control de la seguridad fronteriza. Respecto de lo sucedido en Ucrania, fue la forma de acercarse a Rusia, debilitando a Europa.
Por su parte China ha pasado de la expansión económica a una estrategia geopolítica agresiva. Como lo hemos dicho acá muchas veces, Taiwán es su obsesión. Xi Jinping ha declarado que la reunificación es inevitable. La isla es estratégica por su posición y su liderazgo en semiconductores. Frente a Corea del Sur, China le deja ese problema a su amigo de Corea del Norte. Respecto de Filipinas, Pekín ha intensificado su presencia militar en el Mar de China Meridional, desafiando la influencia estadounidense en la región. La cosa pinta entretenida.
Esta semana Xi Jinping ha dejado claro que China está preparada para cualquier tipo de guerra. El ejército chino ha aumentado su gasto militar, modernizado su armamento y realizado ejercicios en el estrecho de Taiwán. EE.UU. ha respondido con más despliegues militares en la región. La rivalidad entre EE.UU. y China tiene un epicentro: la industria de semiconductores. Taiwán produce el 60 % de los chips avanzados del mundo. Pero para los Chatbots como Deepseek (chino) o ChatGPT (USA) o Le Chat (Francia), son necesarios por chips de Nvidia (EE.UU). El control de chips definirá la supremacía en inteligencia artificial, ciberseguridad y poder militar en las próximas décadas. China ya trabaja en eso.
Como pueden ver, el mundo ya no es unipolar. El futuro está definido por tres grandes bloques. EE.UU., que mantiene su liderazgo militar y tecnológico, pero enfrenta desafíos globales y una erosión de su influencia. China, con su ascenso imparable, aunque enfrenta resistencia y desafíos internos. Rusia, que estaba en declive; se le ha dado aire en los últimos días. No me cabe duda de que la zona Indo-Pacífico será el campo de batalla donde se decidirá el nuevo orden global.
¿La ayuda que le ha brindado a Rusia para acabar con la guerra de Ucrania sin mayores consecuencias es la forma como Trump quiere un intermediario que le permita arreglar con China un reparto mundial económico y territorial, en paz, donde queden al mando del mundo EE.UU., Rusia y China? Ya veremos.