Martin Pallares | ¿Quién responde por el nombramiento de Godoy?
Lo revelado en los últimos días constituye uno de los episodios más siniestros de la descomposición institucional del país
En este mismo espacio, no hace mucho, se dijo que colocar en el Consejo de la Judicatura (CJ) a personas sin prestigio profesional -abogados de narcotraficantes o exjueces con graves sumarios disciplinarios- era una ofensa para el país. La afirmación se quedó corta. Nombrar a esas personas, incluso torciendo la ley y abusando del poder, fue mucho más que una ofensa: fue una irresponsabilidad con consecuencias criminales. Esto, por supuesto, bajo el supuesto -cada vez menos sostenible- de que quienes estuvieron detrás de esos nombramientos no estén vinculados con el crimen organizado.
Lo revelado en los últimos días constituye uno de los episodios más siniestros de la descomposición institucional del país. Lo documentó el penalista Felipe Rodríguez en una columna publicada en Primicias. Allí cuenta cómo el juez anticorrupción Carlos Serrano se vio obligado a renunciar por las presiones de un alto funcionario del Consejo de la Judicatura para favorecer a un narcotraficante. Y cómo ese mismo narco le hizo la señal de que sería decapitado tras escuchar la sentencia. Pero eso no era lo peor. Ahora se sabe que la esposa del presidente del CJ -sí, el mismo por el que el Ejecutivo movió cielo y tierra para lograr su nombramiento- es la abogada del narcotraficante que amenazó al juez con un gesto de su mano.
El país asiste así a uno de los hechos más oscuros de su historia institucional. Y lo más grave es que no ocurrió por sorpresa. El país estaba avisado. Forzar el nombramiento de Mario Godoy como presidente del Consejo de la Judicatura -un abogado que había defendido a narcotraficantes y que mintió sobre ello, diciendo no saber quién era su defendido cuando resultó ser su pariente político- solo podía terminar mal. Lo mismo ocurrió con la designación de Fabián Fabara como consejero, pese a que estaba legalmente impedido por sumarios disciplinarios que, como por arte de magia, desaparecieron.
De la conformación de un Consejo de la Judicatura con integrantes de terror hay muchos responsables: desde el presidente Daniel Noboa hasta sus operadores políticos -incluido el presidente de la Corte Nacional de Justicia-, que presionaron para que Godoy y Fabara estén donde están. Y todos ellos tendrán que responder por eso.