Columnas

Papeleta vergonzosa

"Frenar la burla marcando la papeleta como merecen estos personajes es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos. ¡No nos fallemos más!"

Soy consciente de nuestras fallas como sociedad, desde lo individual como titulares de obligaciones cívicas, hasta lo gremial como fuerza de participación y veedores ciudadanos frente al poder público.

Creo, asimismo, que administrar y liderar la gestión pública no es fácil y que en muchas ocasiones se satanizan algunos sectores. Pero que existan casi veinte binomios para llegar a la presidencia es una burla a la realidad del país y a su gente. Ni siquiera se trata de veinte parejas de seres humanos que se hayan destacado en un desarrollo político, desde lo ético y lo social, sino que más bien se trata de gentes que busca medio centavo de fama, los recursos que el Estado les da para su promoción, y aprovechar el escenario para seguir jugando a machito bravo, con esa actitud de quien gana la pelea de gallos de un par de rivales políticos.

A propósito digo rivales políticos, porque no son ideologías distintas, teorías distintas; son rivales porque se aruñan por pedazos de poder.

Era la oportunidad para obtener, con el tiempo suficiente que merecen temas como estos, espacios donde puedan exhibirse personas de gran talento político, delegar la actividad pública a gente que sabe hacer las cosas; en cambio, lo que ha pasado es que el caudillismo ha dejado para el último la definición de sus propuestas, pensando quién puede seguir siendo títere de un espectáculo ordinario y barato que cautive el voto.

Lo que ha pasado es que entre los “gallitos” han estado diseñando sorpresas para asaltar el panorama del otro y así, entre ellos, desnudarse sin vergüenza alguna.

Hemos tenido errores, lo repito, pero eso no es sinónimo de merecer estas propuestas hechas por una mayoría de ebrios desubicados en su ignorancia y mediocridad, frente al dolor y crisis que atraviesa el país, subidos en una “chiva fiestera” convocando a cualquier personaje famosillo a subirse al vergonzoso festejo.

Frenar la burla marcando la papeleta como merecen estos personajes es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos. ¡No nos fallemos más!