Columnas

Jueves de Pascua

'Tengo esperanza en que se aumente la fe no solo en un Dios que resucitó hace siglos, sino en un resucitado que sigue comunicándose con el mundo'.

Me complace ver a artistas unidos a través de la tecnología para cantar a las víctimas del Covid19, al personal sanitario y a los que hacemos cuarentena. Agradecimiento eterno a quienes articulan reparto de alimentos a los más necesitados.

Desde ese agradecimiento deseo que no nos falte la esperanza a quienes nos cuesta ser optimistas. Me refiero a una esperanza entendida como la fe en las personas, una esperanza que nos hará resilientes y nos ayudará a entender, sin dolor que nos dañe, cómo en el país.

Si Guayaquil está en primer lugar con miles de casos y fallecidos, y hay ciudades en segundo y tercer lugar, que gracias a Dios solo lidian con cientos, ¿por qué, en esa misma proporción, no están repartidos los recursos públicos que se necesitan a gritos? No es caridad, es justicia. Y tampoco es aquel concepto plano de justicia que la define como el acto de dar a cada quien lo que le corresponde, sino del propio del Ecuador como un Estado constitucional de derechos y justicia. Es decir, que justicia es darle a cada quien lo que necesita, no solo lo que le corresponde.

Tengo esperanza en que quienes dicen ser comunicadores inviertan también tiempo para no referirse mal a quienes no obedecen el “quédate en casa”, que piensen dos veces antes de descalificarlos. Sí, deseo, para salvar la frágil esperanza, que tengan la valentía de mirar más humanamente al que se le dice pobre; que se abandone esa visión de estadística, del número de gentes que sobreviven con un dólar al día, o menos, y que si no alcanza la espiritualidad para mirarlo como semejante, por lo menos no se nos olvide que junto con violencia sexual y física, la droga, ambientes inhóspitos y la ignorancia conviven en su hogar.

Finalmente, como creyente, en Jueves de Pascua, tengo esperanza en que se aumente la fe no solo en un Dios que resucitó hace siglos, sino en un resucitado que sigue comunicándose con el mundo, con cada uno de nosotros y que, como un maestro de escuela, nos sigue enseñando a ser sus amigos.