Nuevamente Bachiller

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'Los fundamentos filosóficos, sociológicos, educativos y psicológicos que sustentan los grandes cambios y modificaciones son fascinantemente controvertidos'.

El viernes 7 febrero opiné sobre la conflictiva situación generada por la prueba Ser Bachiller. Este tema sigue vigente y por eso procederé a compartir algunas observaciones adicionales.

Recorriendo Sistemas de Admisión y Nivelación en variados países como Brasil (Vestibular), Chile (PSU), Francia (Baccalaureate), Alemania (Abitur), Australia (STAT), EE. UU. de América (SAT), Irán (Concours), China (Gao-Kao) e Israel (PET), entre otros, vemos, en términos generales, los mismos objetivos; estos son: búsqueda de predictibilidad en las herramientas evaluativas para establecer el potencial de aprendizaje a nivel superior, selectividad rigurosa, pero a la vez distintos modelos de flexibilización para compensar, entiéndase “equiparar oportunidades” para los miembros de grupos tales como minorías étnicas y raciales, mujeres, jóvenes de estrato socioeconómico bajo, personas con discapacidad, emigrantes, excombatientes, etc. (cuotas, exámenes diferenciados, otras). Algunas corrientes denominan a este proceso “inclusión social”, aplicándose gradualmente aquí en Ecuador.

Todos los sistemas, criterios y procedimientos de admisión están en permanente ajuste puesto que se admite que ninguna herramienta evaluativa es perfecta y los fundamentos filosóficos, sociológicos, educativos y psicológicos que sustentan los grandes cambios y modificaciones son fascinantemente controvertidos.

Hasta que el Sistema Nacional se consolide (¿2, 3 años?), se hace evidente la necesidad de la creación de un andamiaje altamente profesional para realizar investigaciones longitudinales cuanti-cualitativas sobre las fortalezas y debilidades del proceso de implementación del nuevo sistema y la construcción de nuevos principios y mecanismos que promuevan el replanteamiento de rutas alternativas se configuran así como elementos indispensables para el cambio.

Las decisiones y actitudes del Ministerio de Educación, de acuerdo a las declaraciones de la ministra Monserrat Creamer, Ineval y Senescyt, parecen abiertas, sensatas, pertinentes y flexibles en las presentes circunstancias.

¡Ya es un cambio positivo!