Cómo llegó la noche

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Reaccionemos y no permitamos que nos arrebaten el futuro de nuestro porvenir y la oportunidad de que las nuevas generaciones puedan vivir en libertad, paz y prosperidad.

Es el título del libro autobiográfico que escribió Huber Matos, después de haber permanecido injustamente 20 años en prisión, acusado de sedición y traición a la Revolución cubana, cuando los verdaderos traidores fueron sus carceleros.

El libro describe los rigores y dificultades de los tres años de lucha guerrillera en la Sierra Maestra, al oriente de Cuba, en su afán por derrocar el régimen dictatorial de Fulgencio Batista.

Cuba, la isla bella y alegre del Caribe, ha permanecido siempre cautiva. 400 años como colonia española desde que Colón descubriera sus playas y fértiles valles; luego 20 años en sus luchas por su independencia, lograda en 1902; medio siglo gobernada por líderes cubanos, la mayoría dictaduras corruptas y los últimos 62 años, bajo la interminable y férrea opresión, impuesta por los hermanos Castro Ruz, desde enero de 1959, fecha en que triunfó la Revolución.

Igual suerte, le ha tocado vivir a Nicaragua con el régimen de Ortega, a Venezuela con Chávez y Maduro, Argentina con los Kirchner, Bolivia con Evo Morales, Ecuador con AP. En todos estos países, los ideales de libertad, justicia y progreso para los segmentos más numerosos de la población, nunca se cumplieron. Fueron enunciados y falsas promesas, que nunca se dieron. En cada uno de ellos se podrían escribir libros similares, que relaten innumerables historias de injusticia, pobreza, corrupción y opresión.

En el libro de Matos, se relata con mucho detalle cómo la Revolución cubana fue prontamente traicionada; sus verdaderos y auténticos protagonistas fueron eliminados, uno a uno, para desembocar tristemente en una nueva, cruel y tiránica dictadura marxista, bajo el liderazgo exclusivo de Fidel Castro y de su hermano menor Raúl, que hasta hoy ha durado 6 décadas y ha impedido a 3 generaciones de cubanos vivir en libertad.

Los que tuvieron la valentía de abandonar todo, huyeron y se exiliaron en los Estados Unidos, en manifestación de rechazo a ese régimen, negándose a vivir en el oprobio y la opresión.

Los exiliados de Miami y el mismo Matos han soñado y esperado vanamente, que después de la larga noche dictatorial se pudiera llegar a un nuevo amanecer de libertad para el pueblo cubano. Matos murió en febrero de 2014 sin poder ver ese día; nadie sabe cuántos años o décadas más deberán transcurrir para que el resto de cubanos puedan alcanzar la democracia y la libertad.

Es hora de que los pueblos despierten y se den cuenta del camino errado, de permitir a ídolos de barro y falsos líderes, que se encaraman en el poder solo para engañar, oprimir a su gente, usufructuar en beneficio personal, mientras los países son saqueados, sus economías destruidas y gentes empobrecidas; aún más, robándoles incluso la esperanza de poder luchar y labrarse un mejor futuro. No hay nada peor, que una juventud derrotada antes de empezar.

Ecuador se alista a participar en una nueva elección. Escojamos a quienes nos puedan rescatar de casi dos décadas pérdidas y rechacemos a quienes nos van a terminar de sepultar. Reaccionemos y no permitamos que nos arrebaten el futuro de nuestro porvenir y la oportunidad de que las nuevas generaciones puedan vivir en libertad, paz y prosperidad.