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Temporalidad (I)

Avatar del Luis Sarrazín

La determinación del tiempo límite de gestación para la práctica de un aborto en caso de violación en el marco de la ley que garantiza la interrupción voluntaria del embarazo, está obligando a un análisis profundo de la problemática en cuestión.

Las corrientes obstétricas señalan que el límite de viabilidad para un nuevo ser sea el de 12 semanas, toda vez que pasadas las 20 semanas no se habla de aborto sino de muerte fetal.

Inverosímil y absurdo es pretender que el plazo de 28 semanas sea utilizado por mujeres mayores de 18 años para ejercer su derecho al aborto en caso de violación; siendo por otra parte, un contrasentido el que no exista plazo alguno para la práctica de este procedimiento cuando se trate de niñas, adolescentes menores de 18 años o mujeres con discapacidad.

Quienes ignorantemente pretenden fijar el plazo de 28 semanas para realizar un aborto, desconocen que ese nuevo ser de 7 meses de gestación es conocido como sietemesino y que una vez nacido, además de ser viable está en condiciones de crecer y desarrollarse con cuidados especiales para convertirse luego en un ser completamente normal, que apenas necesita algo de tiempo para empatar su edad gestacional con su edad cronológica. El obstetra que esté atendiendo un parto no deseado de esa edad sin duda preguntará al feto: ¿quieres que te pinche el corazón o te arroje al tacho junto con los restos placentarios?

En los albores de la Clínica Kennedy, en el Dpto. de Pediatría, que lo organizamos para formar pediatras, muchos de los cuales ejercen brillantemente en la actualidad en nuestro medio, nació una niña de 600 gramos de peso y 18 semanas de gestación. El equipo médico comandado por el Dr. José Barniol Zerega, bautizándola como La Burbujita, la cuidó en incubadora por 18 semanas. Hace 5 años concurrí a una graduación en la Universidad Casa Grande y terminado el acto se me acercó una jovencita graduada en Negocios Internacionales y me preguntó: ¿Doctor, se acuerda de mí? Le respondí que no y me dijo “yo soy La Burbujita que ustedes cuidaron y salvaron”. ¿Temporalidad para una vida humana?

Y sigo andando…