Que prime la razón

Exigimos, en aras de nuestra defensa y la de nuestros familiares, que se abra la concesión para portar armas
No comentaré la gravísima situación de los ecuatorianos, que vivimos en un estado de zozobra permanente ante la tremenda inseguridad que campea por calles y plazas, y en virtud de la cual, sin tener arte ni parte, nosotros podemos ser atacados, violados, heridos y hasta asesinados por ese ejército de antisociales que deambula libremente, gozando de derechos y privilegios de manera exclusiva, frente a los cuales no tenemos opción alguna de enfrentar.
Fue Correa el que siguiendo a pie juntillas los postulados del Foro de Sao Paulo nos quitó a los civiles la opción de poder portar armas, derecho del cual gozábamos, sin que históricamente el mismo hubiese causado problemas de magnitud en el país.
Resulta que, a consecuencia de esta absurda situación, los malhechores han llegado a introducir y adquirir clandestinamente, miles de armas de todo tipo, destacándose entre las incautadas 2.628 revólveres, miras telescópicas, fusiles AK y carabinas M4, que son armas de asalto de gran potencia que pueden, gracias a su calibre de 5,56 mm, penetrar el concreto y chalecos, además de pistolas, granadas y otros artefactos explosivos.
Esta situación, generada por la incapacidad del Gobierno para garantizarnos la seguridad, que siendo parte de nuestros derechos nos la merecemos, aunada a la patente de corso que se le ha concedido a malhechores y asaltantes, nos han colocado en un estado de indefensión absoluta frente a ellos, que por la forma como campean, parecería que son los niños mimados y consentidos de las autoridades.
Se pretende justificar la prohibición en atención a que sin ella se podría estar facilitando el desenlace de los episodios de violencia intrafamiliar, premisa falsa, toda vez que siguen las muertes hogareñas y que hasta miembros de la fuera pública han utilizado su arma de dotación para eliminar a sus cónyuges.
Exigimos, en aras de nuestra defensa y la de nuestros familiares, que se abra la concesión para portar armas en favor de la población civil, cumpliéndose por supuesto con todos los requisitos que se establezcan para el efecto.
Y sigo andando…