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Hora de hablar

Avatar del Luis Sarrazín

Nadie podrá impedir nuestro derecho a opinar, fundamento del derecho a una libre expresión; sin embargo, este se ha prostituido sobre todo en las redes, que de manera descontrolada e irresponsable arrojan infundios que perversamente se lanzan al viento, para saciar protervos sentimientos y disfrutar con el escándalo o el gran daño moral.

Quienes me honran como lectores me pidieron mi opinión sobre los ministros recién nombrados y siguiendo mi tradición diré: “Por sus obras los conoceréis”; sin embargo, al enterarme que el almirante Fernando Donoso, habría sido nombrado ministro de Defensa, esa noticia me causó enorme satisfacción y beneplácito, en tratándose de un marino que ha honrado su carrera gracias a un desempeño ejemplar, honesto y altamente productivo.

Durante su trayectoria ascendente, ocupó importantes cargos dentro de la institución, hasta llegar por sobrados méritos y desempeño leal, a ocupar el cargo de almirante, que muy pocos han logrado, habiendo sido homenajeado en vida al haberse colocado su nombre en la Estación Aeronaval de Manta, así como en el Coliseo Multipropósito de San Lorenzo.

Como oficial retirado ha ocupado importantes posiciones tales como presidente del Directorio de Autoridad Portuaria de Guayaquil y del Terminal Terrestre, y dado su espíritu de servicio a la comunidad, se desempeña con gran entusiasmo como miembro del Club Rotario de La Puntilla, donde apoya con verdadera dedicación a los más desposeídos.

Forma parte de grupos de carácter privado sin fines de lucro, tales como la Cofradía Amigos del Mar y el Foro Río Guayas, que se fundaron para ayudar al país a levantarse y empujarlo hacia los senderos de una verdadera recuperación económica, social y moral, cooperando entusiastamente con ideas valiosas y acciones de gran interés y rentabilidad nacional.

Con su espíritu patriótico y su calidad indiscutible de verdadero líder, introducirá los cambios estructurales que se requieren y sabrá rescatar el prestigio de nuestras FF. AA., tan vapuleadas y ofendidas en los días aciagos del pasado. ¡Éxitos en su gestión!

Y sigo andando...