Hecha la ley...

Y sigo andando…
Hay quienes piensan que los ecuatorianos carecemos de criterio y lanzan acuerdos, reglamentos, metodologías, etc. tratando de introducir una serie de conceptos, la mayoría de las veces sin ningún valor, practicidad o con el deseo de favorecer intereses protervos o conveniencias ajenas a los requerimientos nacionales.
Por medio de dos entregas llamé la atención sobre la subasta que iba a tener lugar para la compra por intermedio del Sercop, de los medicamentos que se requerían para atender a los pacientes que debían concurrir a recibir atención a nivel hospitalario.
Violentando los principios que regulan este tipo de acciones, el Sercop publicitó precios referenciales para los medicamentos, entendiéndose que quienes participaren deberían en cada ítem, ofertarlo a ese precio o a un valor menor al referencial.
Todos los representantes farmacéuticos conocían para cada ítem su costo ex-fábrica y por ende, sabían perfectamente cuál debía ser el precio conveniente para cada medicamento al momento de participar en la subasta.
De manera súbita, inexplicable e insólita, la directora general del Sercop, expide una metodología para el reajuste de precios referenciales, lo cual resulta ‘a priori’ un verdadero contrasentido, salvo que dicha metodología tenga la finalidad de contribuir a una gran estafa al erario nacional, permitiendo que los precios iniciales puedan ser incrementados para otorgar a los “panas” un suculento y pingüe negocio. Hecha la ley, hecha la trampa.
Se está montando el mismo truco que se ha utilizado en gran parte de los concursos de precios para la realización de obras de ingeniería que requiere el gobierno, en los cuales se coloca un precio referencial y la empresa del “compadre” con la oferta más baja, que asombra por el monto a los otros participantes, es la adjudicataria de la obra.
Tan pronto se firma el contrato, el “compadre” contratista comienza a pedir reajustes que se los conceden ‘ipso facto’, de suerte que al terminarse la obra, su costo final fue un 70 o un 90 % más alto que el precio inicial referencial. ¡Negocio redondo!
Y sigo andando…