Iñigo Balda | Trump y el Mundial
Este Mundial va a ser una prueba importante para ver de verdad las posiciones de Trump en cuanto a inmigración, tolerancia
El mundial del próximo año en Estados Unidos, Canadá y México está dando mucho de qué hablar. No tanto por la parte mexicana o canadiense, pero sí por todo lo que rodea a Estados Unidos y su presiente Donald J. Trump con respecto a este tema.
Entre los grandes frentes de política nacional e internacional en los que se desenvuelve el presidente norteamericano entran desde luego los millones de aficionados del mundo que quieren asistir al Mundial, y que se encuentran con posibles restricciones que cambian de un día a otro.
Este Mundial va a ser una prueba importante para ver de verdad las posiciones de Trump en cuanto a inmigración, tolerancia y comportamiento ante la gente en general.
El sorteo de la semana pasada se vivió como una fiesta entre los aficionados del fútbol, pero abrió una ventana muy grande al morbo cuando el sorteo deparó que a la selección de Irán todos sus partidos le tocará jugarlos dentro de los Estados Unidos.
Antes del sorteo se auguró que la mar venía con olas cuando Trump rechazó otorgar las visas a los representantes iraníes para asistir al sorteo en Washington D.C.
Al final las pudieron obtener después de la intervención del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que parece tener mucha influencia en el despacho oval.
Muchos periodistas destinados a la Casa Blanca dicen que Infantino se mueve como Pedro por su casa dentro de la administración Trump, con total acceso. Esto no sorprende a nadie si tenemos en cuenta que la FIFA se maneja muy bien en aguas turbulentas.
Para ganarse a Trump, Infantino en cada visita le lleva una réplica de un trofeo nuevo de la FIFA, que Trump ha coleccionado en una mesa aledaña al escritorio presidencial.
El último le fue entregado durante el sorteo y fue especialmente inventado para la ocasión: el trofeo FIFA de la paz, acompañado de un discurso adulador hacia el presidente norteamericano.
Esta labor de lamboneo del presidente de la FIFA va a ser importante, ya que hay varios países clasificados a la cita mundialista que van a necesitar jugar en Estados Unidos, y que están en la lista de vetados para visados por parte de Trump, como Irán.
Aparte de que aficionados de todo el mundo viajarán a la cita mundialista y ya se ha logrado una facilidad para conseguir visados si se cuenta con entradas.
Pero también será importante conseguir que Trump no aproveche el Mundial de fútbol para hacer redadas para deportar inmigrantes que ya están dentro de los Estados Unidos, empañando la fiesta.
Veremos hasta dónde puede llegar Trump, o si tiene cierta tolerancia ante la importante cita que más exportadores y medios mueve en el mundo.
Mientras, el espectáculo ya ha empezado.
A la selección de Irán no le van a poner trabas para jugar en territorio norteamericano, pero van a tener que pagar una ‘humillación pública’, como dicen desde Irán.
Su partido del 26 de junio frente a la selección de Egipto ha sido designado el partido del orgullo LGTBI+. Irónicamente, estos dos países penalizan la homosexualidad y rechazan participar en la fiesta.
Francamente no podían escoger mejor partido.