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Luis Sarrazín: Hora de partir

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El presidente dice que editará un libro cuyas primeras 150 páginas posiblemente relatarán sus aciertos y las 150 restantes sus incumplimientos

Llegado el momento de partir, gobernantes y funcionarios preparan su salida para volver al estado llano, de donde salieron en un momento dado para servir al país.

Deberán meditar que se los recordará no por cuánto realizaron sino más bien por sus incumplimientos, que fueron la esperanza de aquellos que confiaron en la seriedad de sus palabras.

El presidente Lasso incumplió muchas de sus promesas de campaña, permitió que maltraten cruelmente a todos los prestadores que le han estado sirviendo honesta y cumplidamente, enfrentando las obligaciones que debían ser canceladas por el Gobierno y arrastrando por este cruel incumplimiento a muchas empresas a la quiebra y a ciertas personas al suicidio, al haber tenido que enajenar sus bienes y patrimonio para pagar lo que no les correspondía. Como ejemplo, la quiebra de la Clínica Pichincha.

Faltó a su palabra cuando prometió que arbitraría de inmediato las medidas para la reapertura del INHMT Leopoldo Izquieta Pérez, cosa que nunca se hizo efectiva. Para su desgracia, tuvo como compañero a un vulgar y pertinaz mentiroso, que disfrutó al reunir a unos 25 valiosos profesionales del país para pedirles que diseñaran el programa de reapertura de ese instituto y que después de tres meses de trabajo le fue entregado, para luego, sirviéndose un mote pillo con su jorga, reírse del trabajo realizado mientras lo arrojaba a la basura. Cuenca, la Atenas del Ecuador, rincón maravilloso que ha entregado al Ecuador cientos de brillantes figuras de diversas especialidades, también ha tenido fallas genéticas y eso me hizo recordar un verso que me enseñó mi abuela, que hace un juego de palabras sobre los morlacos.

El presidente dice que editará un libro cuyas primeras 150 páginas posiblemente relatarán sus aciertos y las 150 restantes sus incumplimientos; esta segunda parte estará constituida por 150 páginas en negro con una leyenda que indica: “Lamento que estas páginas estén en negro, pero corresponden a las que redacté durante los apagones”.

Y sigo andando…