El proceso eleccionario, dejando a un lado los resultados de las preguntas en donde predominó el NO, evidenció que el pueblo ecuatoriano conserva su capacidad de discernimiento en circunstancias en que se pone en juego el futuro del país.

El acto tuvo un tinte democrático dada la participación masiva de quienes ejercieron su derecho al voto, siendo reflexivo, pues se evidenció que pese a las propagandas maléficas de los miserables de siempre, supieron discriminar y escoger respuestas que beneficiarían al Ecuador del futuro.

Fue además si duda, un evento cívico-patriótico que invitó a la ciudadanía a concurrir a las urnas con alegría y con un sabor especial, que significaba para cada uno de ellos el poder intervenir con claridad y firmeza en los planes que marcarían el futuro de la patria y que puso en evidencia que el pueblo soberanamente puede expresarse con libertad y gran espíritu patriótico.

Las preguntas negativas comprueban que la maledicencia puede taladrar aun el pensamiento y ennegrecer realidades evidentemente positivas y beneficiosas, transformándolas en expectativas no convenientes, una de las cuales incidirá a nivel de las inversiones extranjeras, pero que contractualmente podrán ser superadas.

El presidente, con estos resultados tiene que orientar sus esfuerzos hacia la solución del problema energético que perjudica gravemente a la economía nacional, concomitantemente con la lucha contra la delincuencia organizada, que en su expresión macro ha tenido un gran éxito gracias a la actuación coordinada y efectiva entre quienes integran la Policía y las Fuerzas Armadas; sin embargo, preocupan a la ciudadanía los efectos del sicariato, extorsiones, secuestros y vacunación delincuencial, que no tienen visos de estar importantemente controlados.

El presidente deberá conversar con ex presidentes, políticos de fuste y ciudadanos probos para organizar un banco de posibles colaboradores y así evitar que lo acompañe gente improvisada y hasta capaz de sabotearlo, teniendo en cambio un equipo de personas de elevados quilates a carta cabal.

Y sigo andando…