Premium

Luis Sarrazín: Carta al presidente

Avatar del Luis Sarrazín

Como ecuatoriano y en especial como guayaquileño, usted tiene la opción de pasar a la historia como el magistrado que reparó un daño cruel

El acto eleccionario le permitió candidatizarse para ocupar la presidencia de la República y, multitudinariamente, los ecuatorianos lo elegimos confiando en su juventud y arrestos, en la seguridad de que se entregaría de lleno al proceso de reestructuración de nuestro Ecuador.

Su gestión hasta el momento ha recibido el aplauso y beneplácito ciudadano, al haber tomado medidas oportunas, enérgicas y adecuadas para ese enrrumbamiento tan necesario, pese a la existencia de seudoecuatorianos que aparte de lucrar de la nación orientan su accionar en beneficio de personas o de grupos de gente baja y miserable, que se ha divorciado de cuanto necesitamos en los momentos actuales en materia de estabilización financiera, seguridad, combate al terrorismo, narcotráfico y narcoguerrilla.

Al margen de lo expresado, el motivo de esta misiva es el de recordarle la frustración y angustia de miles de profesionales que hemos sufrido la impavidez e irresponsabilidad de gobiernos anteriores, ante la desaparición del Instituto Nacional de Higiene y Medicina Tropical Leopoldo Izquieta Pérez, que malévolamente lo aniquiló el expresidente Correa, mediante el ilegal e inconstitucional Decreto 1290.

La ministra Mónica Palencia, conoce bien del tema, al haber sido la esposa del Dr. Francisco Huerta Montalvo (+), quien fuera uno de los más aguerridos luchadores en favor de su reivindicación y que desafortunadamente partió sin ver brillar la justicia y el retorno a la vida sanitaria del Ecuador a esa institución, gloria y prez de la salud ecuatoriana, que tanto la necesitamos hoy en día.

Usted se está enterado de la contaminación de los alimentos y de la presencia de medicamentos sin calidad ni valor terapéutico que consumimos, hecho que jamás sucedió mientras existió el Departamento de Registro Sanitario del INH.

Como ecuatoriano y en especial como guayaquileño, usted tiene la opción de pasar a la historia como el magistrado que reparó un daño cruel, ilegal, inconstitucional y atentatorio en contra de la salud del Ecuador. ¡Háganos justicia, señor presidente!

Y sigo andando…