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Entre Lucifer y Gandhi

Avatar del Lourdes Luque

Sé que estamos al borde del precipicio pero, ¿cuál comportamiento deberíamos proponer para esta tan complicada semana que tenemos?

Gracias general Patricio Carrillo por traer a mi vida estos dos grandes conceptos, que son también interpretaciones de la catástrofe política y climática que vivimos hoy. Para saber qué rumbo deberíamos tomar, vale la pena entender estas dos teorías.

El efecto Lucifer es un fenómeno social y un proceso de transformación por el cual una persona integrada en la sociedad y sana se convierte en una persona violenta. No debido a factores psicológicos o traumas personales, sino a la presión del ambiente. Si vemos con atención las redes sociales y los medios de comunicación, parecería que la sociedad ecuatoriana está marcada por la violencia de todo tipo.

El efecto Gandhi, en cambio, es cuando un solo individuo puede lograr cosas inimaginables, que ni estudios sobre patrones de comportamientos humanos pueden entender, usando solamente la resistencia civil activa conforme a los principios de su ética política, basados en el bien común y la verdad. Esta acción individual impulsa la acción colectiva y responsable contra la injusticia y la opresión, solo por la vía de la tolerancia, la paz y la armonía.

Sé que estamos al borde del precipicio pero, ¿cuál comportamiento deberíamos proponer para esta tan complicada semana que tenemos?

Los psicólogos dicen que si vives atormentado por los problemas del pasado estás deprimido, si vives angustiado por los problemas del futuro estás ansioso. Pero si te enfocas solo en el presente, en el hoy, tienes en tus manos herramientas importantes para reaccionar ante las crisis.

Entonces, ¿por qué no actuamos de manera que, libres de depresiones o de ansiedades, recomponemos a nuestro Ecuador?

Un par de ideas. Identifiquemos jóvenes líderes éticos, alejados de la farándula, de la corrupción, del dinero fácil y en un gran esfuerzo nacional impulsemos su formación política; así podremos aspirar a tener un mejor futuro. O lleguemos a ese gran acuerdo nacional mínimo de convivencia. O armemos planes locales donde tanto la sociedad civil como la iglesia, las empresas y los gobiernos de cada cantón puedan prevenir la delincuencia.

Ansiedad o depresión, Lucifer o Gandhi. Tú eliges nuestro camino.