Vamos a votar, sin miedo

"es el gran momento de ir a votar para decir también nosotros: “Tetelestai”, o sea, misión cumplida"
Cuenta la historia que en la maratón de los décimo novenos juegos olímpicos en México, en 1968, el corredor de Etiopía, Mamo Wolde, había alcanzado el primer puesto. Cuando los espectadores se habían comenzado a retirar entró al estadio el último corredor, John Akhwari, de Tanzania. John venía cojeando, su rostro mostraba muecas de dolor, traía vendada una de sus rodillas, se le notaba la sangre esparcida por la tela. El público se puso de pie y animó al atleta durante los últimos momentos más dramáticos de esa maratón. El grito de victoria de John fue coreado por los asistentes, aun mas que el festejo del ingreso de Wolde. Cuando le preguntaron por qué no había abandonado la carrera, el respondió, mi país me mando 7.000 kilómetros para terminar la maratón y eso estoy haciendo
Este domingo hemos sido llamados a elegir al próximo presidente del Ecuador. Muchos sienten incertidumbre, muchos tienen hambre, muchos están desempleados, muchos están enfermos, muchos se sienten abandonados, muchos están aún de duelo por la pérdida de alguien querido. Pero este es el gran momento de ir a votar para decir también nosotros: ‘Tetelestai’, o sea, misión cumplida.
‘Tetelestai’ fue la última palabra en griego que pronunció Jesús. Significa eso, terminé mi obra. ¡Y qué obra fue esa! La redención de la humanidad. También ha sido usada en la antigüedad cuando una deuda quedaba pagada, o cuando un artista terminaba su obra a plena satisfacción, o cuando un empleado cumplía las expectativas de su empleador.
A Guillermo Lasso la vida le encomendó una misión. Luego de una esforzada y luchadora vida llena de logros, el plan divino le pidió demostrar que la política se puede ejercer decentemente, sin mentiras, sin imprudencias, sin agresiones, sin sectarismos de izquierda ni de derecha, sin corrupción, sin alejarse de sus principios y valores, y sobre todo, sin odios. Por eso, no importa lo que pase el domingo. Tetelestai Guillermo, cumpliste tu misión con un altísimo sacrificio humano; gracias, honraste la política. Lectores, preparen su pluma para rayar contra la falta de escrúpulos.