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Triunfo épico

Avatar del Lourdes Luque

"No hay nada tan destructivo y letal, como la confianza ciega en su propio triunfo, la creencia total en la victoria"

Lo escribió Homero en La Ilíada, cuando Zeus ideó una estrategia para ayudar a los troyanos: enviando un sueño de victoria al griego Agamenón. “Pensó que aquel mismo día iba a apoderarse de la ciudad de Príamo”. No hay nada tan destructivo y letal, como la confianza ciega en su propio triunfo, la creencia total en la victoria.

Contra todas las apuestas, contra todos los análisis equipo por equipo, jugador por jugador, contra muchos comentaristas deportivos, contra el karma de no haber podido ganar en ese estadio, contra la soberbia de algunos, e incluso contra los narradores; Barcelona de Guayaquil alzó el 29 de diciembre su copa 16 de campeón.

Este triunfo que borra en una noche muchas lágrimas de este año pandémico, se lo puede valorar en cinco lecciones, que al unirse, le dan a la mitad más uno de los ecuatorianos la noche más memorable de su vida de hinchas con el éxito al derrotar a Liga en los penales a domicilio. 1. La estrategia de Fabián Bustos, a quien muchos criticaron a su llegada desde el Delfín. Aquí hizo lo que tenía que hacer. No tuvo el equipazo de Liga, pero tuvo una estrategia mucho más clara. 2. La presidencia de Alfaro Moreno, a pesar de haber sido una de las críticas de su llegada a la presidencia del Barcelona, hoy reconozco su decisión al seleccionar a Bustos y enfrentar las graves crisis del campeón. 3. Once camisetas cumpliendo las directrices de Bustos en la implementación en el campo de juego. 4. El puño levantado de Javier Burrai, en cuyo guante estaba grabado el nombre de su padre Oscar, su más grande mentor, a quien perdió hace un par de meses. Resilientemente hizo un partidazo en su honor. 5. La pasión de Díaz y de Oyola, que son el ejemplo del amor por su trabajo.

Y esa es la fórmula mágica. ¿Queremos éxito? Tengamos una estrategia, decisión para desarrollarla. Implementémosla, seamos resilientes cuando las cosas no vayan bien y amemos la vida.

Hoy aún brotan lágrimas de emoción, pues mi equipo también nos dio una lección para enfrentar el futuro.

Feliz 2021.