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Mi amigo Alex

Avatar del Lourdes Luque

Pero él sigue aquí… mientras guardemos en nuestra memoria todos esos bellos momentos que tuvimos juntos

Era 1984, en ese entonces la Izquierda Democrática era considerada por la mayoría de la clase media y clase empresarial de Guayaquil, como una apuesta casi antisistema, una gran amenaza. Solo un puñado de guayaquileños la apoyaban.

La población costeña era menos dogmática e ideológica y más pragmática y caudillista. Los resultados de la primera vuelta electoral nos llevaron al límite del pánico.

Ese día, lunes 30 de enero, le dije a mi familia que desaparecería por cien días, el tiempo entre las dos vueltas electorales, y que me uniría al ejército voluntario que era capaz de dejar todo en la cancha por no perder al país. A renglón seguido me asomé al Frente de Reconstrucción Nacional, que funcionaba en la calle Rocafuerte. El Frente estaba manejado por ese genio de la política, el Dr. Juan Manrique.

Quien me abrió esa puerta y permitió mi incursión en la política fue Alex Ripalda, con su amable sonrisa. Por su instrucción, asumí el manejo del programa de coordinadores de manzana, en el cual logramos cubrir en ese entonces cerca de cinco mil manzanas. Los coordinadores de manzana fueron eje fundamental del puerta a puerta, factor 10, limpieza zonal, buses y una decena más de programas que llevaron a la presidencia a León; no fue solamente el “Cuando le hable, míreme a los ojos, Sr. Borja”. Con el esfuerzo, el análisis político y estratégico de Alex, se logró de ese gran triunfo.

Más de cuarenta años más tarde, me escribía: “Sigo siendo de una sola línea, la de León”. Bastaba entrar en su oficina para ver todas las imágenes de ese par de amigos que hoy están juntos. No había iniciativa social, ambiental, caritativa, que no hubiese tenido eco en él. Un gran empresario, visionario, genial, astuto, pero sobre todo amigo leal. Aprendí tanto de él, que atesoro como un legado cada uno de sus criterios, como el que me escribió luego del triunfo del presidente Lasso: “Lourdes, la vida la fabricamos nosotros”.

Mi homenaje a este excelente ser humano que esta semana nos dejó. Mi abrazo solidario a sus hijos y demás familiares. Pero él sigue aquí… mientras guardemos en nuestra memoria todos esos bellos momentos que tuvimos juntos.