El problema mundial de las drogas

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Son muy pocas las personas con trastornos por consumo de drogas que reciben tratamiento cada año.

Ya se han efectuado cuatro reuniones internacionales, integradas por jefes de Estado y especialistas en el tema, sobre el cambio climático, cuyos resultados y recomendaciones parecen caer en oídos sordos, sobre todo en las grandes potencias industriales que dan pasos muy débiles para no perjudicar su desarrollo industrial.

Se han creado y funciona una enorme cantidad de ONG, que presionan a los regímenes para que suspendan o disminuyan sus emisiones de carbono. Son pocas las que se preocupan de la contaminación de los mares, sin tomar en cuenta que ocupan las tres cuartas partes del planeta y que es seguramente el foco mayor de contaminación del mundo. El mar se está quedando sin oxígeno y esto perjudica sobre todo al atún, ballenas y peces grandes, por la gran cantidad de productos químicos que son arrojados, y más elementos, como si fuera un basurero.

Un problema mayor. Todo eso está bien pero, para nuestro criterio, la humanidad vive, en los actuales momentos un problema mayor : la producción y consumo de las drogas que todos los días se extiende más y se hace relativamente poco para controlar esta verdadera epidemia.

Un informe mundial sobre las drogas revela que la prevención y el tratamiento siguen siendo insuficientes, y solo 1 de cada 7 personas con trastornos por consumo de drogas reciben tratamiento cada año.

No hay la menor duda de que el cartel de Sinaloa es el más poderosos grupo de distribución en el mundo. El presidente López Obrador, quien al asumir el poder en México presentó su programa, dispuesto a realizar la cuarta revolución en su país, cosa no muy rara, no se refirió al cartel, ni a la lucha contra las drogas. ¿Colaboración económica en la campaña, temor? Para evitar un enfrentamiento en que las fuerzas del orden serían perjudicadas, tuvo que ceder y ordenar se ponga en libertad al sucesor del Chapo, su hijo, ya que el cartel y el pueblo entero se les venía encima.

En Colombia, la poderosa guerrilla denominada FARC, obtuvo sus poderosas armas y el mantenimiento de un ejército completo al ser los guardianes más seguros que poseían los narcotraficantes. Ya por allí había pasado el mayor traficante que logró hasta llegar al Congreso Nacional, Pablo Escobar, que muchos lo seguían por sus obras de caridad, obtenida con el dinero de los secuestros y la distribución general de la droga. Nuestro país no se salva porque a diario se capturan cargamentos de drogas que dicen provenir de Colombia, aunque creemos que ya se las están elaborando aquí y estamos siendo puente para ser enviadas a otros Estados.

Informe internacional. 

En 2017, aproximadamente 271 millones de personas, o el 5,5 % de la población mundial de 15 a 64 años habían consumido drogas el año anterior, de acuerdo al Informe mundial sobre drogas 2019 de la Unodc. Este Informe Mundial sobre las Drogas se publicó el 26 de junio, Día Internacional contra el Abuso y el Tráfico Ilícito de Drogas, y también coincide con el lanzamiento de la campaña Empoderamiento humano, de Dianota, y su énfasis en la necesidad de implementar programas de tratamiento sensibles al género para los trastornos por uso de sustancias.

Datos más precisos han revelado que las consecuencias adversas para la salud del consumo de drogas son más graves y generalizadas de lo que se pensaba. A nivel mundial, se estima que unos 35 millones de personas padecen trastornos por consumo de drogas y que requieren servicios de tratamiento, según este último Informe Mundial sobre Drogas, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).

El informe también estima que la cantidad de usuarios de opioides es de 53 millones, un 56 % más que las estimaciones anteriores, y que los opioides son responsables de dos tercios de las 585.000 personas que murieron como resultado del consumo de drogas en 2017.

Conclusión

La prevención y el tratamiento siguen fallando en muchas partes del mundo y son muy pocas las personas con trastornos por consumo de drogas que reciben tratamiento cada año, siendo esto más grave en las prisiones. Consideramos que ya es tiempo que algún o algunos jefes de Estado y científicos se reúnan, fuera de NN. UU., y se conforme una verdadera fuerza para combatir mundialmente la droga que va a acabar con nuestra juventud y por ende con el futuro de la humanidad. Esta fuerza antidrogas tiene que superar los criterios anticuados de soberanía y de derechos humanos y actuar donde se la necesite.