Premium

¿Qué está pasando en la frontera entre Polonia y Bielorrusia?

Avatar del Juan Faidutti

Mientras estamos preocupados por los resultados de las elecciones en Chile y gran parte de la humanidad luchando contra el coronavirus y sus variantes, Bielorrusia y Ucrania, antiguos miembros de la Unión Soviética, viven en permanente enfrentamiento con la llegada de cientos de migrantes al borde de la frontera bielorrusa con Polonia, país que también estuvo bajo el yugo de la URSS. La URSS no se atrevió a intervenir como lo hizo en Hungría. Varsovia y Bruselas acusaron al régimen de Bielorrusia de orquestar el tráfico ilegal de personas para presionar a la Unión Europea por las sanciones económicas impuestas debido a violaciones de derechos humanos y protestas por las elecciones de agosto de 2020, cuyo resultado no fue reconocido por la UE.

Los migrantes llegaron a la frontera, cerca de Grodno (Bielorrusia), dirigidos por agentes del régimen de Minsk. Cientos de personas, entre ellas muchos niños, montaron tiendas de campaña y encendieron hogueras para pasar la noche a temperaturas bajo cero. La mayoría de inmigrantes proviene de Oriente Próximo, y muchos son kurdos que huyen sobre todo de Irak y Siria.

En julio más de 4.000 personas procedentes de Bielorrusia, entre iraquíes (la mayoría), congoleños, cameruneses, sirios o afganos, entraron irregularmente en Lituania, que cerró fronteras, y la afluencia de migrantes se trasladó a Letonia y Polonia.

El régimen de Lukashenko aprovecha a los emigrantes en zonas como Oriente Próximo y países del Golfo para incentivar el tránsito aéreo hacia Minsk, como vía segura para entrar en Europa. Así los potenciales refugiados evitan las peligrosas travesías por mar desde Turquía y el norte de África. Por eso la presidenta de la Comisión Europea advirtió que están estudiando cómo sancionar, mediante inclusión en listas negras, a las aerolíneas de países que participan en la trata de refugiados, con la posibilidad de castigar al aeropuerto de la capital bielorrusa para prevenir que las compañías aéreas internacionales aterricen con migrantes y refugiados a bordo.

El Kremlin negó cualquier participación de Rusia en el conflicto migratorio. El Gobierno polaco desplegó 15.000 militares en una zona de seguridad a lo largo de la frontera: casi 400 km con controles. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se desplazó a Varsovia para “expresar la solidaridad de la UE” con Polonia ante la agresión del régimen de Lukashenko.

La OTAN (de la que es miembro EE. UU.) también mostró todo su apoyo. Hablar de la posible intervención de la OTAN implica un enfrentamiento entre las dos grandes potencias, lo que nos llevaría a una tercera guerra mundial.