Los múltiples gobiernos italianos

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Luego el Imperio Romano se dividió y años más tarde nació Roma como la ciudad más importante.

Recordemos que Italia, en la época antigua, durante el Imperio Romano, dominó el mundo y en sus conquistas se dedicaron a llevar sus leyes y formas de gobierno a los pueblos que ellos llamaban bárbaros. Luego el Imperio Romano se dividió y años más tarde nació Roma como la ciudad más importante. Siguiendo con el desarrollo de lo que hoy es Italia, Cavour y Garibaldi lograron unir la península italiana, formada en esa época por varios reinos y ducados, y se creó la República.

Las guerras mundiales.

Con el tiempo, Italia intervino en las guerras mundiales y fue derrotada en ambas, quedando semidestruida y arruinada económicamente. Muchos ciudadanos y sobre todo jóvenes, salieron por Génova hacia varios países de América, especialmente a Estados Unidos, Brasil y Argentina, por cuanto no había posibilidades de trabajo y el país no los podía sostener. Años más tarde, en un acto de justicia, el Gobierno decidió, aplicando el ‘jure sanguinis’, otorgar la nacionalidad italiana a todos los familiares que nacieron en el exterior (mi familia y yo estamos entre ellos).

Italia, pese a sus numerosos gobiernos, llegó a ser muy rica. En 1990 estaba sobre Gran Bretaña y Francia. Superó los años de la última guerra, donde llegó a tener el partido comunista más poderoso de Europa. Aun teniendo la mafia, la camorra y las brigadas rojas, progresó en forma envidiable, superando la inestabilidad política.

La Democracia Cristiana.

Con el temor de que el Partido Comunista ganase las elecciones lograron reunir a los diversos grupos políticos para formar uno solo: la Democracia Cristiana. En los cincuenta años subsiguientes tuvieron 30 primeros ministros. Guido Andreotti, el gran fortalecedor de la Democracia Cristiana, lo fue 7 veces. Con 3 millones y medio de burócratas y tantos cambios de gobiernos, Italia llegó a la prosperidad por la constante devaluación de su moneda: la lira. El Banco Central jugó un papel importante autorizando las devaluaciones.

El resultado fue que el país empezó a multiplicar sus pequeñas industrias y negocios, a precios muy bajos, comparable a lo que hizo China hace poco. En la década de 1970 estuvo dominada por el terrorismo; los neofascistas y las brigadas rojas cometieron una gran cantidad de desafueros, hasta se llegó a asesinar al primer ministro Aldo Moro.

Sin embargo, el país prosperó debido a que la lira continuó siendo devaluada, con autorización del Banco Central. Se crearon pequeñas industrias, negocios, ropa de modistos de prestigio y gran cantidad de actividades a precios muy convenientes, que empezaron a invadir a Europa Occidental. Además se introdujeron en el cine para filmar películas de moda en esa época, que eran los ‘westerns’, a precios menores que los norteamericanos.

La era de Berlusconi.

En un nueva crisis política, el partido Forza Italia del magnate de los medios de comunicación Silvio Berlusconi, ganó las elecciones en el 2001. Muchos votantes italianos quedaron seducidos por la mezcla de carisma, irreverencia y promesas de reducción de impuestos de Berlusconi.

Fue la época en que Italia ingresó a la Unión Europea y Berlusconi se vio obligado a adoptar el euro, en lugar de la lira. Allí se acabaron las devaluaciones y el Banco Central Europeo tomó el control de la economía.

Terminaron los buenos tiempos, se cerraron fábricas, los productos italianos dejaron de ser competitivos. 

Cayó Berlusconi, se multiplicaron los partidos neofascistas y de extrema derecha, aumentó la burocracia y el país tuvo que endeudarse para cumplir las promesas que hacían los nuevos primeros ministros.

A todo esto se sumó el ingreso de miles de refugiados de África y Siria, quienes con embarcaciones elementales y pagando cantidades exorbitantes a los intermediarios, llegaron a Italia a la isla de Lampedusa, la más cercana de los puertos de desembarco, y en un principio tuvieron que recibirlos por razones humanitarias. Luego pidieron ayuda a otros países europeos, tomando el mando del reparto de ellos la primera ministra de Alemania.

Ahora gobierna Giuseppe Conti, formando el 66º gobierno italiano desde la Segunda Guerra Mundial. Como en las últimas elecciones realizadas no hubo mayoría, el presidente Mattarella nombró a Conti, pero no se sabe cuánto tiempo durará. 

En conclusión, la prensa internacional considera que los problemas de Italia siguen siendo los mismos, entre ellos la mafia, la corrupción, el nepotismo, la fuga de cerebros, la falta de crecimiento, el paro y la baja tasa de natalidad. Ante estas circunstancias, consideramos que es urgente que se reforme la Ley de Elecciones y la Constitución, única forma de salvar a Italia de la inestabilidad en que se encuentra política y económicamente.