Columnas

Aviación y turismo

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Plan. Esta nave será convertida en una atracción turística, en Indonesia.MADE NAGI

La pandemia ha afectado a muchas actividades; dos de ellas hacen un enorme esfuerzo para su recuperación. Nos referiremos a la aviación y el turismo.

Como actualmente gran parte del turismo se hace usando la aviación (57 %), sin olvidar los cruceros, las grandes potencias sobre todo, han tenido que ir levantando de a poco los requisitos que se empezaron a exigir a los viajeros para evitar nuevos contagios. La reducción drástica de empleos directos en la aviación es de más de 65,5 millones de trabajos. Es la peor crisis de la historia aerocomercial, conjuntamente con sus actividades conexas y, por ende, el turismo. Los pronósticos de organismos internacionales vinculados a estas dos actividades no son alentadores, coincidiendo todos en un período de más de cuatro años para lograr las cifras alcanzadas en 2019, en tanto y en cuanto se apliquen medidas de bioseguridad estrictamente para garantizar vuelos seguros en lo sanitario.

Ecuador, por carecer de una “línea de bandera”, implementa una política aerocomercial flexible para movilizar su acervo turístico, rico en historia, arqueología, paisajismo, vida silvestre, atractivo para el turismo receptor, “abriendo sus cielos” a la participación de líneas aéreas extranjeras con capacidad para transportar la masa de turismo regional e internacional. El Convenio de Chicago de 1944 reconoce el ejercicio soberano exclusivo de cada Estado contratante (193) respecto del espacio aéreo que cubre cada territorio. Así, cada Estado administra el otorgamiento de derechos de tránsito y tráfico aéreo a los operadores o “libertades del aire”, como el poder sobrevolar con fines pacíficos, efectuar escala técnica sin fines comerciales, abastecimiento de combustible, y las que revisten carácter de “comerciales”, como transportar pasajeros, carga y correo del país de bandera a otro destino o viceversa y embarcar o desembarcar pasajeros, carga y correo en países intermedios del de origen y destino. La decisión del gobierno ecuatoriano de suplir la ausencia de “línea de bandera” es lo más adecuado por la progresiva tendencia a flexibilizar el acceso a los mercados aéreos. Y se acaba de suprimir el impuesto a los pasajes que cobraban las líneas aéreas, lo que creo permitirá incluso a líneas aéreas extranjeras realizar cabotaje y que líneas aéreas internacionales vuelen directamente a Galápagos, aunque se opongan los que han monopolizado ese negocio y desean que los aviones partan desde Quito y Guayaquil.

Esperamos que todas estas medidas ayuden a solventar estas dos actividades víctimas de la pandemia.