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Juan Carlos Holguín: La galaxia rosa, una amenaza para Ecuador

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La galaxia rosa forma constelaciones geopolíticas con potencias autoritarias como Rusia e Irán

El correísmo es experto en la posverdad. Esta vez quieren hacer creer al ‘progresismo’ global que los resultados de las preguntas sobre el trabajo por horas y sobre arbitraje internacional de la consulta popular del pasado domingo, significan un apoyo a ellos.

Nada más alejado de la realidad pues, de hecho, tuvieron una derrota contundente tras su propuesta de “11 veces no”. Por eso usan a estos círculos regionales para posicionar las posverdades que interesan a cada uno de sus miembros.

Después de la detención de Glas tras recluirse ilegalmente en la embajada mexicana, se evidenció esta forma estratégica de comunicación y ataque que tienen los grupos ideológicos transnacionales a la hora de defender a uno de los suyos. Se coordinan mensajes, publicitan conceptos como el ‘lawfare’ o se felicitan entre ellos.

Esta semana se ha publicado el libro del académico alemán Sebastián Grundberger, titulado La galaxia rosa, editada por la plataforma Diálogo Político. Es una obra vital para entender cómo se coordinan estos grupos que socavan las democracias liberales.

El Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla son los herederos de la llamada “marea rosa” de gobiernos de izquierdas que se extendió por América Latina a principios del milenio. Grundberger anota que los actores de esa marea se han convertido en una galaxia rosa que comprende líderes, instituciones y asociaciones de izquierda que, detrás de una fachada progresista, atentan sistemáticamente contra la democracia en América Latina.

Aparte de los ya mencionados, se refiere al Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) como brazo académico, o a la ‘Progressive International’ como paraguas internacional. La galaxia rosa une a personas y partidos democráticamente legítimos, con fuerzas autoritarias. Y los beneficiarios de esta unión son sobre todo las dictaduras latinoamericanas.

Las estrellas de la galaxia rosa comparten una base ideológica común, tienen canales de coordinación formalizadas y un instinto corporativo del poder. Quieren erradicar el capitalismo, rechazan la concepción de la democracia liberal y exigen su reemplazo por una supuesta democracia más “radical” o “participativa”. Reprochan a sus adversarios el ‘lawfare’, una supuesta persecución política contra líderes de izquierda, sentenciados como Rafael Correa, Cristina Fernández de Kirchner o Pedro Castillo. Al mismo tiempo ignoran o defienden el pisoteo de los derechos y libertades de opositores políticos en Cuba, Nicaragua o Venezuela.

La galaxia rosa forma constelaciones geopolíticas con potencias autoritarias como Rusia e Irán. Ni el Grupo de Puebla ni el Foro de São Paulo han condenado la agresión rusa contra Ucrania.

En un contexto donde muchas veces no comprendemos la evolución de ciertos eventos, el libro de Grundberger nos permite entender a esta extensa red de personas y organizaciones que sirve tanto para protegerse de la justicia o para apoyar candidaturas afines en organismos internacionales.

Hoy que la extradición de ecuatorianos es un hecho después de la consulta, es más necesario que nunca transparentar los actores, los aliados y modos de actuar de la galaxia rosa, pues intentarán posicionar nuevas posverdades.