Juan Carlos Holguín | Extradiciones por aquí, extradiciones por allá

Reconstruir la paz social en Ecuador tomará tiempo
No hay duda de que lo acontecido el pasado día domingo es un punto de inflexión en la guerra contra las estructuras criminales. No solamente contra las que abiertamente están en el negocio, sino también contra las que justamente utilizaron políticamente a éstas para sus causas, las cuales, por fortuna, están hoy en declive.
Hay que felicitar al gobierno del presidente Noboa por haber conseguido no solamente una de las primeras extradiciones de alto perfil, lo que representa un golpe grande a las organizaciones narcocriminales, sino especialmente por haber cumplido una promesa de campaña de su consulta popular del año 2024. Esto generará confianza en la visión que se proponga en las futuras consultas populares.
Es importante recordar que dentro de las once preguntas que planteó el presidente Noboa en la consulta popular del 21 de abril de ese año se volvió a consultarnos si estábamos de acuerdo con enmendar la Constitución para permitir la extradición. Había sido un tema de debate desde el año 2008, cuando la Constitución propuesta por Correa, determinó la imposibilidad de extraditar ecuatorianos.
Esa decisión, junto con el retiro de la cooperación en la base de Manta, la ciudadanía universal, la legalización de pandillas que se dedicaban al microtráfico, el haber recibido posiblemente fondos de las FARC en campaña, entre otras, llevaron al Ecuador a una ola de violencia que se presentó al momento de que la agrupación política del expresidente perdió el poder.
Reconstruir la paz social en Ecuador tomará tiempo. Pero estos son grandes pasos que consolidan lo iniciado por el presidente Moreno, quien fue valiente en generar un proceso histórico de cambio democrático, que empezó desde dentro.
Y fue su gobierno justamente el que retomó el camino de diálogo con Estados Unidos y profundizó las relaciones bilaterales, relación que continuaron acertadamente los siguientes gobiernos de nuestro país.
En este contexto, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, resaltó ayer el compromiso de la administración Trump “con poner fin al flagelo del narcotráfico”. Y agregó que también es un compromiso trabajar con socios regionales como el presidente Noboa. Esta es una buena noticia para el país.
El pasado 12 de noviembre, en esta misma columna bajo el título de “Trump, Ecuador y Occidente”, analicé la importancia del triunfo del presidente americano y lo vital que sería mantener un proyecto democrático en el Ecuador.
“Mantenerse con un proyecto democrático en el próximo proceso electoral, será vital para Ecuador. Es solamente en ese contexto en el que un nuevo gobierno estadounidense podría concretar tangiblemente los tan anhelados acuerdos bilaterales. Tener a nuestro país como un socio democrático confiable, con valores de Occidente, como aliado en una región tan encrispada, marcará la diferencia. Dictaduras como la venezolana tendrán tiempos difíciles”.
Con el triunfo de Noboa sobre González, Ecuador se ha consolidado como uno de los pocos actores confiables de las fuerzas democráticas occidentales. Los últimos acuerdos con Europa así lo confirman.
Para el bien de los ecuatorianos, es necesario que se siga profundizando la visión compartida de lucha contra las mafias transnacionales.