Un secretario de lujo

El ecuatoriano Osvaldo Zavala será el encargado de dirigir la CPI en todos sus asuntos no judiciales
No me refiero a ningún cargo dentro del Gobierno. Tampoco al de algún juzgado o alta Corte del Ecuador. Me refiero a un órgano de la Corte más importante del mundo en materia de justicia penal: la Corte Penal Internacional (CPI). Sí, el nuevo “greffier” o “registrar” de la CPI (como se lo denomina en francés e inglés) es un ecuatoriano: Osvaldo Zavala Giler.
En esas latitudes, Osvaldo Zavala honra el apellido, la excelencia académica y el talento de su abuelo Jorge Zavala Baquerizo. Sus méritos y vasta experiencia al servicio de la CPI fueron exaltados en la ceremonia de prestación de su juramento como secretario electo. La relevancia de las actuaciones de Zavala Giler dentro de la CPI sirvió para que sea la Asamblea de los Estados parte del Estatuto de Roma la que proponga su nombre y -luego de un complicado proceso de selección- los jueces de la CPI lo designaron por mayoría absoluta. Será el quinto secretario en los veinte años que tiene de vida la CPI y el primer latinoamericano en ocupar tan honroso cargo. Esto es meritocracia. Esto es para el orgullo nacional.
Sobre sus hombros van a recaer tremendas responsabilidades y desafíos. Él será el encargado de dirigir la CPI en todos sus asuntos no judiciales. Él encabeza el órgano administrativo que hace que la CPI funcione como tal. Y viene a ocupar el cargo en momentos extremadamente sensibles en la geopolítica global, en medio de la guerra en Ucrania y con una orden de prisión emitida por la propia CPI contra el presidente ruso, Vladímir Putin.
Yo resalto esta designación dentro de una Corte que juzga los crímenes más atroces contra la humanidad, pues mientras allá un ecuatoriano brilla con mérito propio y dirige los destinos de tan alto Tribunal, acá la administración de justicia camina a la deriva, repartida como botín político y puesta en manos de un falso “mesías”, que parece estar más preocupado de construir un perfil político que de atender las responsabilidades de su cargo.
Ojalá aquí hubiésemos tenido el seso que tuvo la CPI para designar a alguien probo como Zavala Giler para presidir nuestro Consejo de la Judicatura.