¿Trump está loco?

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Con la muerte de Soleimani, Trump da un golpe en la mesa y deja claro que para negociar, EE. UU. se encuentra en una posición de fortaleza.

“Trump está loco”. Esto es algo que seguramente muchos de nosotros escuchamos o dijimos en nuestros encuentros familiares posteriores a las festividades de fin de año. Esto porque el 3 de enero de 2020 fuerzas estadounidenses bajo el mando de Trump ejecutaron un operativo que acabó con la vida de Qasem Soleimani.

¿Quién era Soleimani? Era un general iraní que comandaba las fuerzas “kuds” , la rama del ejército iraní encargada de coordinar acciones fuera de Irán. Debemos tener en cuenta que una de las funciones de este cuerpo miliciano era trabajar en conjunto con otras milicias que no siempre eran estatales. Ejemplos claros son Hizbulá, Hamas y el Yihad Palestino Islámico. Todo esto es importante saber porque Soleimani trabajaba con terroristas, los apoyaba económica y estratégicamente.

Ahora bien, ¿por qué EE. UU. estaba tan pendiente de Irán? En días anteriores había sido atacada la embajada de EE.UU. en Irak, donde murió un contratista estadounidense, con conocimiento de que Soleimani estuvo involucrado; además de inteligencia que indicaba que planeaba nuevos ataques.

Ronald Reagan decía que siempre que negocies debes hacerlo desde una posición de fortaleza. En el 2015, cuando Irán sufría por las sanciones impuestas en su contra, la administración de Obama promovía y de hecho concretó, un acuerdo por el que Irán se comprometía a no desarrollar armas nucleares a cambio del levantamiento de sanciones y ayuda económica por parte de EE. UU. de miles de millones de dólares. Es decir, Irán le estaba haciendo un favor al mundo no desarrollando bombas nucleares y recibiendo premios por su “colaboración”.

En el 2018, el presidente Trump decidió dejar sin efecto el acuerdo e imponer de nuevo las sanciones, lo que llevó claramente a Irán a radicalizar su campaña diplomática y bélica contra EE. UU.

Con la muerte de Soleimani, Trump da un golpe en la mesa y deja claro que para negociar, EE. UU. se encuentra en una posición de fortaleza y que el revestimiento de autoridad de una nación soberana no es suficiente para dejar impune la promoción del terrorismo.