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Lo que nos merecemos

Avatar del Jorge Jalil

"Lo cierto es que las cartas están sobre la mesa y en nosotros la decisión"

En una columna les hablé sobre la importancia de que dejemos orgullos a un lado y como personas maduras aprendamos cuándo debemos ceder. Ahora veo cómo políticos precisamente lo han hecho, empezando por el exvicepresidente Sonnenholzner, que con altos niveles de aceptación decidió hacerse a un lado, o el empresario Álvaro Noboa, que mientras muchos empujaban su candidatura entendió que no era su momento.

Como candidatos que lideran encuestas tenemos a Guillermo Lasso, Andrés Aráuz y Yaku Pérez. No pretendo darles una impresión de objetividad puesto que en más de una ocasión les he compartido mi visión sobre la necesidad de ciudadanos libres, un Estado que no sea obeso y una economía que confíe en la ambición de los ciudadanos. Dicho esto, les digo cómo veo las opciones. Por un lado tenemos a un Guillermo Lasso que hace más de 10 años dejó casi por completo sus actividades privadas para recorrer el país y encontrar junto a su equipo de asesores soluciones a los graves problemas que aún nos acechan.

Por otro lado, tenemos a Andrés Aráuz, un joven economista influenciado no solo por quien es hasta ahora su candidato a vicepresidente, sino por Thomas Piketty, John Maynard Keynes y otros pensadores que defienden que el problema de la riqueza es que no se redistribuye, mientras que el problema es un Estado que quiere ser protagonista cuando los protagonistas debemos ser nosotros.

Finalmente tenemos a Yaku Pérez, cuya carta de presentación electoral es ser prefecto (por menos de dos años) de una provincia en la que no ha hecho virtualmente nada, haber sido promotor del paro de octubre de 2019 que nos puso de rodillas causando más de mil millones de dólares en perjuicios y por ser un comunitarista (¡vaya usted a saber qué es eso!). Lo cierto es que las cartas están sobre la mesa y en nosotros la decisión. Sea que elijamos a cualquiera de las opciones presidenciables en los comicios, el resultado será, como diría Melendi, lo que nos merecemos.