Columnas

Ortega y la universidad I

"Cultura significa que todo ser humano, incluido el que “tuitea”, requiere un conjunto de ideas-afectos con los cuales actúa"

Escuché dialogar al presidente Moreno en el Salón Amarillo del Palacio de Gobierno, con rectores de universidades, escuelas politécnicas, institutos y estudiantes con las más altas calificaciones de colegios de Quito, sobre el tema de la cobertura, léase cupos, en las instituciones de educación superior. Y digo dialogar, porque es la forma en que el presidente expone sus pensamientos, como en una conversación que reúne a la vez hechos, anécdotas y conclusiones. No entenderlo conduce a veces a falsas tempestades o a quedarse en lo accesorio.

El tema de la cobertura de las instituciones de educación superior no es nuevo y fue reiterado por Ortega en su clásico, aunque olvidado libro, La misión de la universidad, fijado en sus Obras Completas en 1930 junto al no menos clásico y también olvidado, La rebelión de las masas. 

Hay en ambos afirmaciones de sorprendente actualidad como la que describe a su época como aquella en que “…ya no hay protagonistas, solo hay coros”.

Durante la década pasada se trató de imponer que la misión de las universidades era la investigación y en segundo lugar, la docencia. De ahí esa angustia súbita de llenarse de “PhD” en las universidades para probar su calidad académica y el disparate de confundir las tareas de un científico investigador con las de un rector que tiene más bien que liderar una comunidad universitaria compleja, para asumir los desafíos del futuro que vienen dados por las transformaciones que ocurren más allá del ámbito de un área del saber, en la manera de vivir de las sociedades.

Para Ortega, la universidad es “…stricto sensu la institución en que se enseña al estudiante medio a ser un hombre culto y un buen profesional”. 

El ascetismo orteguiano reclama una explicación. Cultura significa que todo ser humano, incluido el que “tuitea”, requiere un conjunto de ideas-afectos con los cuales actúa. Es el concepto de ideología en Gramsci, desarrollado hoy por Zizek.

Lo profesional es la inserción de la persona con sus competencias en el mundo, no solo de su área, sino por el contexto social en que vive.