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El Hamlet europeo

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En este momento están claros el heroísmo y el coraje del pueblo ucraniano; la incapacidad del ejército ruso para obtener una victoria contundente en poco tiempo pese a su gran poder, y la relativa unidad de Europa ante el peligro que significa Putin para su supervivencia’.

Hace más de un siglo, en un escrito fechado al inicio de la Gran Guerra, Paul Valéry advertía que el fantasma de Hamlet recorría Europa, indeciso ante qué hacer en el declive de la cultura occidental. Hoy, más un mes después de iniciada la bárbara ofensiva rusa y pese a los resultados totalmente inesperados que hasta ahora se tienen, Europa parece haber asumido de nuevo la figura de Hamlet, que medita qué hacer, mientras su futuro se debate en las tierras de Ucrania.

Putin confiaba en tres factores cuando desencadenó la invasión contra Ucrania: la fortaleza, tecnología y organización del ejército ruso; la debilidad militar ucraniana sumada a la simpatía de los sectores rusoparlantes de ese país; el hedonismo y el egoísmo de los ciudadanos occidentales, su baja capacidad moral en otras palabras para luchar por valores, que le permitiría, más allá de algunas protestas, absorber la nación invadida. Ninguno de los tres resultó de acuerdo a los cálculos de Putin, aunque en diverso grado.

En este momento están claros el heroísmo y el coraje del pueblo ucraniano; la incapacidad del ejército ruso para obtener una victoria contundente en poco tiempo pese a su gran poder, y, la relativa unidad de Europa ante el peligro que significa Putin para su supervivencia. De los tres, el último es el más débil y pese a la unidad del primer período comienza a perder vigor.

El titular de la sección Líderes de The Economist del próximo mes lanza la consigna para Europa y el mundo libre: “Por qué Ucrania debe ganar. Una victoria decisiva puede transformar la seguridad de Europa”, con la foto del rostro del presidente Volodímir Zelenskl, la mirada firme pero inquisitiva. Lo opuesto al Hamlet europeo.

Las sanciones, reconoce Zelenski en la entrevista concedida a ese semanario británico, imposibilitan a Rusia para mantener una guerra larga. Pero las armas, incluidos aviones, son indispensables para recuperar territorio ocupado y consolidar así un país democrático, emblema de los valores occidentales pero también garantía de seguridad para Europa.

Una Rusia derrotada en Ucrania proporcionaría estratégicamente el necesario entorno para una Europa libre de aventuras imperialistas.