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Filosofía

Avatar del Jaime Rumbea

"Por eso mal podría convertir mi columna en un recetario de consejos especializados"

Me bacila un querido amigo porque mi columna le parece muy filosófica. Como mis limitaciones de redacción me impiden aterrizar al uno más uno es dos o al blanco y negro de otros exitosos columnistas, caigo en el saco etéreo de la filosofía, indigno de la era de inmediatez que vivimos.

Tampoco me aflijo, pues sé que la palabra filosofía significa amor por el saber, por el conocimiento. Mi amigo también sabe que mis limitaciones me impiden empatizar con cada crítica que recibo o pretender que alguien tiene algo que aprender de mí. Por eso mal podría convertir mi columna en un recetario de consejos especializados, bien sea comprensible por el experto o por los panas de pichanga.

Ante la crítica afilada y cariñosa, dedico mi columna al amigo y a la filosofía, porque la actualidad es la misma tragicomedia de siempre. Por sagaz y precisa que sea la redacción no veo mucha urgencia en opinar sobre la ante-pre-avant-campaña electoral, los eternos juicios y las narrativas “yalas” de los cromos “yalos” de una escena política que requiere una ruptura de los 40.

Mientras dictaba su cátedra en Cornell, Nabokov citaba a Middleton Murry para decir que cuando uno intenta ser preciso, necesariamente termina siendo metafórico. Parecida es la tesis final del francés Queneau, autor del célebre ensayo Ejercicios de estilo, sobre las 99 formas en que la misma historia puede ser comunicada, variando exclusivamente su forma gramatical.

El relato factual, la crónica y la crítica son géneros históricos en los medios. La página de opinión es la llamada a echar luz sobre aquellos, dándoles el contexto que la inmediatez les roba.

Si la nota periodística es el árbol, el dato, la fruta, la investigación sostenida y la crítica hacen el bosque. Mal hace entonces -es mi opinión personal- la columna de opinión en confundirse entre las frutas, los árboles o el bosque. Le corresponde a esta entenderse con aquellos, pero no confundirse. Lo contrario son columnas que parecen ejercicios de estilo sobre los mismos eventos y tópicos políticos y económicos de siempre.