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Cambio

Avatar del Jaime Rumbea

"El cambio es hoy el gran trasfondo de nuestras vidas"

En todas las conversaciones que tuve esta semana, hubo un tema que fue particularmente recurrente: el cambio

Pensémoslo bien: en estos días toda nuestra vida gira en torno al cambio. El cambio de hábitos en la casa, el cambio en formatos de trabajo, el cambio en nuestra relación con amigos y en nuestras antes cotidianas actividades. El cambio está presente, queramos o no, en cada cosa que hacemos hoy en día.

Por eso no tiene que aparecer explícitamente en nuestras conversaciones para saber que el cambio está ahí. No vendrán nuestros hijos ni clientes a hablarnos del cambio como concepto, ni como tema explícito de conversación; pero sí nos traerán preguntas o sorpresas sobre el colegio virtual o tal variación de precios. El cambio es hoy el gran trasfondo de nuestras vidas.

No fue desde Darwin que los filósofos divagaron sobre la adaptación o sobre la supervivencia, cuestiones esencialmente relacionadas al cambio. Casi tres mil años antes los griegos ya fundaban gran parte de su cultura alrededor de disyuntivas entre cambio y permanencia.

Escuché esta semana a personas que sin saberlo reivindican el cambio, lo impulsan, lo presionan, lo exigen, lo lideran o simplemente lo aceptan. Y escuché también a otros que lo critican, lo contradicen, lo reprimen o incluso dicen aceptarlo, pidiéndole sin embargo gradualidad, amagando con ello su resistencia.

Detrás de cada persona hay identidades, mitos familiares y culturales que sin mostrarse contienen prejuicios acerca del cambio.

Al raspar la superficie, descubrimos que no es la naturaleza de las personas la que las indispone al cambio. La natural capacidad de adaptación está allí; solo ha sido deformada por convenciones sociales, intereses económicos y cuanto símbolo existe para proteger el ‘statu quo’.

Pero atención. La población más grande de nuestro país son los jóvenes, nativos digitales para quienes el tiempo y el espacio se someten a parámetros nuevos. Ante el mayor de los cambios que trajo la pandemia, la explosiva sustitución de tecnología analógica por digital, solo es cuestión de días, hasta que el país sea de ellos.