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Nuestro futuro común

"Este es nuestro futuro común, distanciados, con mascarillas, teletrabajo, pero debe ser sostenible..."

Imagen Trabajo medio ambiente
"...mirar este nuevo año como si fuese la primera vez que desfilan 365 días, consolidarse nacionalmente con un gran pacto por la sostenibilidad, el bienestar y la paz".expreso

Era 1987, Gro Harlem Brundtland proponía el concepto más descabellado para su época: el desarrollo sostenible en un informe originalmente llamado Nuestro futuro común”.

Parecía que estaba jugando con fuego cuando informaba ante líderes mundiales que se debía considerar satisfacer «las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades». En una época en que el consumismo estaba instalándose, el mismo año en que el presidente Reagan no pudo impedir que pase la ley ambiental más relevante de EE. UU.: “Clean Water Act”; pero incidió con su frase: “Sr. Gorbachev, ¡derribe este muro!”, en Berlín occidental. Mientras, Ecuador sufría las consecuencias de la destrucción de 70 km del oleoducto por 2 terremotos ocasionados por el Reventador y más de 1.000 fallecidos.

Y la historia se repitió, en 1992, 2002 y 2012, con sendas convenciones internacionales sobre Medio Ambiente, dando confiabilidad al concepto de desarrollo sostenible, entre eventos históricos que podrían distraer una vez más esta propuesta vital y mundial.

33 años más tarde, en pandemia, ante el 2021, debemos recordar que el hombre es capaz de contaminar, destruir, así como la misma naturaleza; la diferencia es que las inducidas por nosotros revisten desconocimiento de los mecanismos de autorregulación natural y podemos alterar los sistemas terráqueos, declarando una guerra silenciosa a la generación futura. En un año de resultados en investigaciones de salud, y de recuperación económica, ese pilar ambiental estará también presente. Por ejemplo, Ecuador, hasta el 22 de diciembre del 2021 tendrá que hacerle frente a las prohibiciones de la nueva ley para regular plásticos de un solo uso; tendremos la siguiente ley relevante, como la de economía circular. Ambas enfrentarán a las empresas, GAD y ciudadanos a ser innovadores y conscientes. En 6 meses, el nuevo gobierno hará frente a la flota pesquera china, fortaleciendo el débil camino iniciado. Veremos el inicio del primer mercado de carbono voluntario.

A nivel mundial, China, el país más contaminante del mundo, iniciará su plan de cerrar centrales eléctricas de combustibles fósiles para que en 2060 la cantidad de sus emisiones no supere las que son absorbidas por océanos y bosques. Es la famosa revolución verde de Xi Jinping. La provincia china de Hainan, que prohibió los artículos plásticos desechables, consolidará la cadena industrial mundial más importante de materiales y productos totalmente biodegradables. EE. UU. retornará a la mesa de negociación de cambio climático y al Acuerdo de París. Sumado a que es el año internacional de la economía creativa para el Desarrollo Sostenible, declarado por Naciones Unidas, donde la economía “naranja”, basada en conocimiento, creatividad, ideas, tecnología y valores culturales deberá establecer redes, crear conciencia, promoverse y ser el puntal del desarrollo mundial.

Este es nuestro futuro común, distanciados, con mascarillas, teletrabajo, pero debe ser sostenible, mirar este nuevo año como si fuese la primera vez que desfilan 365 días, consolidarse nacionalmente con un gran pacto por la sostenibilidad, el bienestar y la paz.