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Inés Manzano: Los huevos de oro

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Una guerra sin recursos económicos acaba con todo, incluida la biodiversidad única que tanto queremos proteger

¿Somos millones de gallinas, tan chiquitas que no alcanzamos a ver que estamos sentadas en los huevos de oro? América Latina está desafiando al mundo en este flujo de nueva economía y liderazgo político. Somos sin duda el centro de ebullición y desarrollo.

El presidente que elegimos ya marcó su propia impronta. Ni le interesan los viejos políticos (así sean jóvenes), ni le interesa encasillarse en un patrón de comunicación usado por todos los presidentes y abusado por uno en especial. Tampoco es inaccesible, ni más inexperto que los anteriores; su paso por la Asamblea lo ayudó, y la academia lo nutrió en su momento. Le vale si dijo algo en campaña sobre lo que debe rectificar su posición, porque lejos de creerse infalible se da cuenta de que hay que declarar la guerra a las bandas delincuenciales y también a aquellos que mienten en cifras al entregar su poder.

Jamás hemos estado en primera plana en el mundo, y jamás hemos salido mejor parados como país en cada una de sus entrevistas. El mundo sabe que hay una guerra contra el narcotráfico, de frente, sin tapujos, y que es ellos o somos nosotros, las familias ecuatorianas.

Dentro de esto el tema económico podría estancar este buen viento. Sabemos que la minería ilegal ayuda a los grupos terroristas y que ellos ni pagan burocracia, incluidas función Legislativa y Función Judicial, ni educación o salud.

Estancados los proyectos de minería, infraestructura y productivos por falta de ley y reglamento que disponga de una vez por todas cómo debe hacerse la consulta previa e informada a las comunidades indígenas y a cualquier ciudadano ecuatoriano, volvemos los ojos a la explotación petrolera, ya instalada, ya con licencias ambientales, pero en el caso del ITT con un mandato de apagar todo para este agosto. Una guerra sin recursos económicos acaba con todo, incluida la biodiversidad única que tanto queremos proteger.

ITT representa hoy en día y contribuye con: 1) Flujo de caja; 2) Lucha contra el terrorismo; 3) Acabar con el narcotráfico; 4) La paz de los ecuatorianos; 5) Organización de finanzas públicas; 6) Proteger a policías y militares; 7) Planificar salida de dependencia de hidrocarburos; 8) Apoyar la transición energética; 9) Poner en orden el activismo ecológico extremo; 10) Petróleo es desarrollo; 11) Caminar hacia la bioeconomía; 12) Proteger las inversiones privadas.

Lo que sí se debe complementar con esa decisión es potenciar el conocimiento de nuestra biodiversidad y su aprovechamiento ético y equitativo, desde cambios en la composición del porcentaje que se debe compartir con quien acceda a nuestros recursos genéticos, hasta empoderar en investigación al Instituto Nacional de Biodiversidad, que hace más -y podría hacerlo mejor- por el Ecuador que el mismo Ministerio de Ambiente.

Revertir la consulta popular del ITT no es complejo, y volveremos a dar de qué hablar, pero para ese momento el presidente debe tener lista una salida digna y organizada, no en un año más sino en cinco años, y que venga de la mano de la cooperación internacional privada y pública.

Tantas cosas factibles por hacer por primera vez en el mundo bajo la pregunta: ¿qué aprender de 45 años de política, finanzas, cooperación?