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La riqueza de las naciones

Avatar del Guillermo Arosemena

En naciones como Ecuador, escasea la institucionalidad’.

Adam Smith fue el primer economista que propuso cómo crear la riqueza en un país. Lo hizo en 1776 al publicar su magna obra, La riqueza de las naciones.

Para Smith los metales preciosos no crean el bienestar colectivo. Oficialmente introdujo el sistema capitalista, que impulsó la actividad económica a niveles no vistos en la historia de nuestra civilización.

Para él los países debían optimizar los factores de producción por medio del capitalismo. Los que lo adoptaron, prosperaron.

A la Corona española no le interesó modernizar la forma de manejar la economía, mantuvo el mercantilismo, sistema en el que la riqueza estaba en metales preciosos, monopolios e intervención del Estado.

Con el pasar de los siglos los estudiosos del crecimiento económico reconocieron que los factores que crean riqueza tienen diferentes fuentes, unas propias de la geografía y otras creadas. Por ello cuando se estudia el producto interno bruto, las variables productividad y tecnología son fundamentales para el crecimiento económico sostenido.

En la reciente publicación del Banco Mundial (BM), ¿Dónde está la riqueza de las naciones? Medir el capital en el siglo XXI, esta institución se contesta: “Es el comienzo de la ciencia económica y centro de la política de desarrollo; es la base para la producción, crecimiento y bienestar”. Para el BM la riqueza total está formada por la natural, producida, humana e institucional. Estos últimos dos capitales, considerados intangibles, aportan con la mayoría a la riqueza total de un país.

En naciones como Ecuador, escasea la institucionalidad, capital fundamental para crecimiento económico.

La publicación mide los diversos capitales en 120 países. Para los de bajo desarrollo, el capital natural es muy importante, representa 26 % del total y dentro de este, la tierra cultivable aporta 59 %. En riqueza total Ecuador se ubica noveno en la región, y en riqueza intangible en el undécimo. En el estudio se encuentran las fórmulas matemáticas usadas para valorizar la riqueza total. Es una nueva tarea que debería hacer el Gobierno para comenzar a medir sus logros.