Crisis de liderazgo mundial

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'Hoy el mundo está huérfano de verdaderos estadistas…’.

El viejo adagio de que se conoce al buen capitán después de haber enfrentado la tormenta también se aplica a empresarios y gobernantes. Hoy el mundo está huérfano de verdaderos estadistas como Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill, de EE. UU. y Gran Bretaña.

El primero asumió el poder cuando su país tenía 15 millones de desempleados, que equivalía a más de 20 % de la población; como si en Ecuador hubiera más de 3 millones. En la ceremonia de la transmisión del mando presidencial Roosevelt dijo: “No hay nada que temer, salvo el propio miedo”. Los estadounidenses habían perdido la esperanza de mejores días. Roosevelt les levantó el espíritu; con ayuda de profesionales capaces inició un vasto programa para crear puestos de trabajo: construir autopistas, sembrar árboles, crear sitios para recreación del pueblo, drenar pantanos, etc. El sector privado creyó en él y compró bonos estatales.

Churchill, otro gigante, fue indispensable para derrotar a Hitler. Indiscutible líder, sabía que debía levantar el espíritu del pueblo y lo hizo las noches a través de la radio. Jamás perdió la voluntad de derrotar al enemigo. Fue hombre de numerosas frases célebres como: “Pelearemos en el mar, pelearemos en la playa, pelearemos en las montañas […] jamás nos rendiremos”. Sixto Durán debió inspirarse en Churchill cuando dijo. “Ni un paso atrás”.

Hoy los gobernantes de países prósperos y especialmente de nuestra región, no están a la altura de sus cargos. Angela Merkel es lo mejor que hay. Donald Trump es único en la historia de sus antecesores, su personalidad es muy compleja. Habla en superlativo, gran ego; para sí mismo es el mejor presidente de la historia. Cuando habla, origina una reacción contraria. América Latina, salvo excepciones, es gobernada por corruptos e incapaces; son líderes al estilo latino. En Ecuador tenemos un gobierno que se demora en tomar decisiones esenciales para mejorar la economía, que se encuentra en caída libre. En el manejo del Covid-19 ha tomado la insólita decisión de prohibir a los ecuatorianos regresar a su tierra. Duro golpe económico para ellos.