El régimen conservador y ultra neoliberal del banquero presidente, con más de 22 meses en el poder, se encuentra en graves aprietos de gobernanza como consecuencia de múltiples errores incurridos y varias crisis que no ha sabido enfrentar por sus anteojeras ideológicas y políticas; registra solo un 10 % de aprobación ciudadana. Los resultados electorales del 5 de febrero han confirmado el rechazo social a su gestión; a lo que se agrega una serie de denuncias de corrupción en empresas públicas que implicaron a personas de su plena confianza. Hasta la fecha, Ecuador no ha recuperado los ritmos de crecimiento económico prepandémicos (2019).

¿Por qué se produjo esta situación?:

1.- El atascamiento gubernamental responde a las múltiples crisis del país y a la ortodoxia económica del banquero presidente del Opus Dei, obstinado en aplicar un inviable y desfasado plan de gobierno neoliberal basado en una austeridad radical, como dogma, y en el recorte, al máximo, de la inversión pública (IP) como del gasto social. La IP se redujo al 2,1 % del PIB en 2021 y en 1,8 % para 2022, la más baja en dos décadas. Hay un crecimiento de la extrema pobreza, que se manifiesta en el aumento geométrico de la delincuencia callejera y en una segunda ola migratoria por la selva de Darién. ¿Y las reservas internacionales?

2.- Coadyuvaron la bajísima capacidad administrativa y política de los cuadros libertarios para tomar resoluciones, y la nula preparación y apertura democrática para reconocer aliados y negociar acuerdos con los opositores. Ha habido al respecto un excesivo centralismo del banquero presidente y elevada capacidad para mentir.

3.- Desde el inicio del gobierno de CREO se produjeron enfrentamientos con las fuerzas políticas mayoritarias en la Asamblea Nacional, por prejuicios ideológicos o presión de facciones de los grupos dominantes, más allá de la descalificación verbal de las mismas que le ha impedido controlar la dinámica de lo político.

4.- Como consecuencia de este deterioro de las relaciones con la Asamblea, se ha producido una beligerancia profunda con grupos políticos que buscan obsesivamente su destitución, sin pensar en el futuro del país e incrementando la desconfianza social en la política.