Coronavirus, ciudades y multicrisis

"La debilidad de estos GAD ha agudizado su dependencia al presupuesto fiscal y ha potenciado su incapacidad para enfrentar las crisis sanitaria"

Según estadísticas del MSP que cubren casos probados en los hospitales “centinelas”, unidades operativas de salud y otras fuentes, el 9 de abril se registraron 41 centros urbanos, o cabeceras cantonales, con más de 10 casos positivos, y el 23 del mismo mes se elevó a 69 ciudades de las 86 registradas por el INEC por el censo del 2010. El promedio de incremento diario de esta “lista urbana” es de 2 por día. Además, se constata que en alrededor de un tercio de cantones de los 221 existentes se localizan parcialmente los afectados positivos, faltando los otros contagiados leves y asintomáticos, y muertes “sospechosas”.

Se distribuyen por regiones geográficas: en las 7 provincias del litoral se registran 44 ciudades; en las 10 de la sierra se identifican 18 urbes; en las 6 amazónicas se reconocen 5 centros poblados; y en la región insular 2. Como se puede observar, en la costa se concentra, por ahora, el más elevado número de casos comprobados y las limitaciones de los servicios sanitarios; y sobre la ruralidad solo se conocen casos aislados. Las cifras también permiten inferir que el proceso de urbanización de la economía nacional ha hecho que las ciudades, con mayores números de casos comprobados, estén articuladas por una conurbación con otros centros, como los casos de Guayaquil con sus 6 conurbaciones; Santa Elena y su vinculación con La Libertad y Salinas; Manabí con la articulación entre Portoviejo, Montecristi, Manta y Jaramijó; El Oro y la relación entre Machala, El Cambio, El Guabo y Santa Rosa; o las vinculaciones entre Cuenca y Azogues, Latacunga y Ambato, Loja y Catamayo, y Santo Domingo y La Concordia. Una mención aparte amerita el caso de Quito DM con Mejía y Rumiñahui. Si históricamente más del 70 % de estos gobiernos locales son inviables según la AME, en esta coyuntura de múltiples crisis y con un gobierno central altamente debilitado económica y políticamente la situación se torna cuesta arriba. La debilidad de estos GAD ha agudizado su dependencia al presupuesto fiscal y ha potenciado su incapacidad para enfrentar las crisis sanitaria, humanitaria, alimentaria, social y económica vigentes.