“El acuerdo del siglo”. Consecuencias

Avatar del Gaitán Villavicencio

El plan es tan asimétrico e ilegítimo que se basa en la creación de un Estado palestino sin soberanía...

Estar alineado exclusivamente con las exigencias de Netanyahu hace que el plan sea una propuesta injusta e inviable, pues no respeta los derechos fundamentales y aspiraciones del pueblo palestino; incluso sus autoridades nunca fueron consultadas en su formulación por el equipo Kushner-Friedman. Lo que hace que no tenga ningún valor jurídico reconocido internacionalmente, sino solo para el “dúo diabólico”, dizque para negociar.

La pérdida de credibilidad de Washington en este contencioso se agravó con el reconocimiento unilateral de Jerusalén como capital de Israel y la posterior declaración oficial de Trump reconociendo el proyecto colonial israelita por motivos de política interna, los que provocaron repudio y ruptura total de relaciones por la autoridad palestina, anunciada reiteradamente por el presidente Abás. Esto se juntó a otras manifestaciones inamistosas, como la reducción significativa del fondo norteamericano de ayuda a refugiados palestinos gestionado por NN. UU. o la segura deportación del representante norteamericano de Human Rights Watch, denunciante molesto de las demoliciones de viviendas palestinas en las colonias ocupadas, caso actual de la barriada de Wadi Humus en Jerusalén este. Además, la ONU considera que las colonias instaladas en territorios palestinos ocupados militarmente desde 1967 por Israel, son ilegales y violatorias del derecho internacional; por ello buena parte de la comunidad mundial las considera “un obstáculo para la paz”. Es de resaltar que la ocupación se aceleró en estos últimos años bajo el impulso de la administración del procesado Netanyahu. 

El plan es tan asimétrico e ilegítimo que se basa en la creación de un Estado palestino sin soberanía, reducido en un 30 % de su territorio de 1967 y al precio de importantes concesiones como precondiciones para negociar: no tiene continuidad territorial, sin posibilidad de control de sus accesos y del espacio aéreo, y totalmente desmilitarizado, incluyendo el desarme de Hamás en Gaza. Israel se reserva el derecho de intervenir militarmente en cualquier lado donde sea necesario a nombre de la seguridad.