Premium

¿Hay catarsis democrática en EE. UU.?

Avatar del Gaitán Villavicencio

"El reñido resultado electoral ha sido un referéndum al gobierno de Trump, que rompió y cambió principios y tradiciones del Estado federal"

Trump, como candidato y presidente, se jactó de que “él sabe ganar pero nunca perder”. Esto hace que su preocupante personalidad no acepte, hasta hoy, los resultados electorales no oficiales, que tradicionalmente son proyecciones proclamadas por los medios de comunicación. Y más bien se dedique a señalar la existencia de fraude electoral, pero sin presentar pruebas. No se puede negar el derecho que tiene para reclamar ante autoridades pertinentes, lo que no debe conllevar, como hace la facción trumpista republicana, a la judicialización de las cuestiones político-electorales que implican a otros poderes del Estado, como la Suprema Corte y el Congreso, tal cual sucedió en 2000 en La Florida con la elección Gore-Bush. Siempre, Trump se presentó como exponente del populismo derechista, supremacismo blanco, xenófobo, antiinmigrantes, por la ley y el orden -léase- represión, racista, chauvinista y antisistema. Rompe el programa tradicional conservador republicano.

Con el eslogan de “America First”, que planteó en un escenario-mundo que se debatía, y aún hoy, en múltiples crisis. Logra ganar al sustentar su campaña y gobierno con base en temas altamente polarizantes en la sociedad estadounidense, lo que le permitió sintonizar con un conjunto de grupos sociales identificables: territorial, racial, clasista socioeconómica, religiosa, cultural y políticamente. El reñido resultado electoral ha sido un referéndum al gobierno de Trump, que rompió y cambió principios y tradiciones del Estado federal, como acuerdos internacionales suscritos mundial y regionalmente. A nivel global provocó problemas con países aliados y abandonó el multilateralismo por el bilateralismo, lo que coadyuvó a su mayor pérdida de hegemonía mundial. Y a nivel nacional, por el irresponsable manejo de la pandemia del coronavirus, la crisis económica que esta provoca, la injusticia racial, la violencia social, etc.

La fragmentación es histórica y sistémica en la sociedad, el gobierno Trump solo la agudizó. Preocupan en esta coyuntura la legitimidad de la democracia liberal en la primera economía global y la viabilidad de esta “democracia imperfecta” en contextos de crisis.