Unas elecciones suigéneris

"Alarma que a la fecha, alrededor del 66 % del electorado no sepa por quién votar, lo cual se podría interpretar como una incapacidad del aparato comunicacional del CNE a la indefinición aún de las candidaturas..."
Las elecciones a celebrarse el próximo 7 de febrero hasta el momento se están convirtiendo en muy “suigéneris” (según el DRAE es una locución adverbial latina que significa que un evento o cosa es excepcional o único). ¿Por qué? Porque la coyuntura está atravesada por cuatro crisis concurrentes y permanentes: recesión económica agudizada por la pandemia; sanitaria, con sus confinamientos y restricciones; fiscal, que ha reducido significativamente el gasto electoral; y política, con el fraccionamiento del electorado y la pobreza de liderazgos y representación, que inciden de manera significativa en la calidad del proceso, en la desconfianza en las conflictivas autoridades electorales y en la ilegitimidad de resultados y de las autoridades a elegirse. Expreso del 9 de diciembre destacó algunos datos recabados por Cedatos, del 15 de noviembre, que presenta unos indicadores que se deben conocer y hacer el seguimiento y evaluación de este insólito proceso electoral, a casi dos meses de su realización, que (re) confirman todo lo mencionado. Incluso nos destaca que el marcado desinterés del elector es una consecuencia del repudio al gobierno por su incapacidad e inoperancia, por más que sus áulicos digan lo contrario propagandistamente. Y por el descrédito de la política y los partidos por los crecientes casos de corrupción que se destapan, internacional y nacionalmente, hasta irrespetando el dolor colectivo por la COVID-19 en Guayaquil -epicentro nacional de la pandemia- durante los aciagos meses de marzo y abril de este año-, con los negociados de los insumos hospitalarios y más de 13 mil muertos.
Alarma que a la fecha, alrededor del 66 % del electorado no sepa por quién votar, lo cual se podría interpretar como una incapacidad del aparato comunicacional del CNE a la indefinición aún de las candidaturas o al repudio manifiesto a los candidatos reconocidos institucionalmente.
Destaca la encuesta, que si el voto no fuera obligatorio el 58 % de los electores preferirían no ir a votar. Y que el voto nulo/blanco, con el 36,6 % de adhesión, sería el ganador de la primera vuelta electoral sobre los 16 candidatos.