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Gaitán Villavicencio: Dos años después

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Aquello hace que no acepte ninguna posibilidad de desestabilización y la guerra reduce cualquier contingencia

Hoy se cumplen dos años desde que se dio inicio a la repudiable y destructiva invasión rusa a Ucrania.

Este hecho bélico de la geopolítica mundial, debido a que enfrenta a superpotencias que dan sus apoyos reales a los implicados en el conflicto, está produciendo cambios a nivel global, tales como la oposición entre democracia y autoritarismo, el ascenso de la ultraderecha, la división en bloques, en algunos casos sin cohesión, entre otros.

Este conflicto está alterando el normal desenvolvimiento del mercado mundial, especialmente de productos como el trigo, la soya y los insumos agrícolas, lo cual ya está ocasionando crisis alimentarias crecientes en continentes como África y en regiones como Latinoamérica al no exportarlos los países enfrentados.

Es el peor escenario bélico en medio siglo.

El autócrata Putin deberá lograr un complejo equilibrio entre el control de las ya muy próximas elecciones presidenciales y su legitimidad, construida esta después de casi un cuarto de siglo en el poder. Aquello hace que no acepte ninguna posibilidad de desestabilización y la guerra reduce cualquier contingencia.

En este contexto, su autoritarismo se ha acrecentado, llevando al endurecimiento de la represión a aquellos que se oponen a la invasión, controlando las redes sociales y manejando hábilmente la desinformación, a través de un nacionalismo ultraconservador, un neoliberalismo y un imperialismo zarista-estalinista.

El objetivo estratégico de Putin es “recuperar para Rusia una plaza de gran potencia; y, como líder indispensable en este regreso a la grandeza, luchar en la resistencia ante quienes quieren humillar a Rusia”, a la Santa Rusia, a la Eterna.

Y aflora su mesianismo, por su convencimiento respecto al destino histórico ruso frente a la humanidad y su resentimiento hacia un Occidente decadente.

Continuará.